Federico Laurenzana

Vista del olfato táctil

Ante demiurgos de sabores, se los oían. Destempladas sensibilidades se deshacían hasta rehacerse, se desoían hasta reoírse siempre vístamente álmicamente. Ante sabor de almas, se oía, se reoía; se oían sabrosamente reoilliciones, oiciones, de aquellos demiurgos. Delante de sabores ¡oigo! almas reoyendo, oyéndose precláricamente sabor de oídos.... Seguir Leyendo...

Ojo de tormentas

Las vistas recaerán cuando abra, cuando eleve, al ver ese entorno siempre imperceptible por padecer ceguera; aunque rengue su imprudencia ocultándole imágenes de un futuro enarbolado sobre presagios. La visión, la plenitud, hará desmanes jamás comprendidos aunque dentro de una fatalidad mítica sean probables. La vista, su vista hará.... Seguir Leyendo...

Federico Laurenzana

Me llamo Federico Laurenzana. He nacido en Lomas de Zamora un veintiocho de Marzo, en el año mil novecientos ochenta. Aficionado a las artes en general, tendí a sospechar que en el campo literario habían sonidos, imágenes y hasta pensamientos con sus correspondientes sensaciones. Sospeché y caí en la cuenta de que cada universo textual me había seducido como si fuese un viaje hacia mí mismo. Escribo en Argentina desde hace varios años; pero no se comparan esas mediciones de tiempo cuando narro, o leo. Creo en la atemporalidad del universo físico para cualquiera que componga obras literarias (o artísticas). Tal vez sea por penetrar un vacío inundándolo con rocíos de otro mundo y tras la más sutil comprensión del suyo propio. Y estoy cada vez más convencido acerca de estos asuntos. Es decir que tanto para el escritor como para el lector, un texto es un campo de aperturas hacia un más allá o un más acá, estableciéndose siempre como un rotundo nexo comunicando.