¿Podemos lograr la comunión y redescubrimiento de nuestro mundo interior? ¿Podemos lograr un cambio de óptica en relación a los problemas cotidianos que nos acechan? ¡Podemos proyectarnos hacia una vida más integra y coherente? La respuesta es SI, siempre que nos aboquemos a esta labor con humildad, con actitud de aprender y abriendo nuestra mente y nuestro corazón a nuevas sensaciones, a nuevas experiencias, que tendrán el sabor de lo conocido, del reencuentro, de lo ya visto y vivido.

Colorear mandalas es un medio, un instrumento que nos sirve para bucear en la profundidad de nosotros mismos.  El origen de la palabra mandala es sánscrito y quiere decir Círculo Sagrado. y desde tiempos sagrados fueron utilizados por los sabios y sacerdotes en sus meditaciones y sanaciones. Actualmente en China son utilizados para generar abundancia y prosperidad en el trabajo o para fortalecer la salud.

Cómo trabajar con un mandala:

mandalas

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Cada que selecciones un mandala su diseño actúa como un espejo o una puerta de acceso a tu interioridad, para esto, antes de empezar a colorearlo, obsérvalo detenidamente, recórrelo lentamente con la vista, introdúcete en él.

La técnica que elijas para colorear te muestra la materia con la que te identificas y te ayudará a comprender la pulcritud y el cuidado que pondrás en tu obra de arte, al quedar esto establecido ya estarás adentrándote en un extraordinario conocimiento de ti mismo.

La selección de los colores, gamas, contrastes te va a decir cuál es el momento afectivo por el que estás pasando al momento en que emprendas estos ejercicios. Por ejemplo, el brillo, las sombras, las texturas, te van a reflejar el clima mental, la atmósfera psicológica en que estás viviendo o incuso el estado al que aspiras llegar.

El manejo de los diferentes colores te permitirá modificar esos tonos mentales, esos sentimientos y emociones que te están envolviendo, hasta incluso transformar tus tensiones internas que te pueden ocasionar enfermedad o malestar.

Una recomendación importante es que en la parte de atrás de tu mandala, anotes cuál es tu estado de ánimo en ese momento, y al terminarlo hagas lo mismo, cómo te sientes, en forma detallada. Te vas a ir dando cuenta como ha influido este ejercicio en tu bienestar.

En este ejercicio se trabaja para obtener una relajación profunda al mismo tiempo que te permite visualizar y obtener claves para solucionar cosas que no te dejan fluir libremente.

mandalas

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Selecciona el mandala a colorear.

  1. Ten lista la técnica que vas a utilizar, desde colores, crayolas, acuarelas, etc.
  2. Una vez seleccionada la técnica, pregúntate sobre diversas situaciones que te generan especial ansiedad, angustia o tensión. No intentes en ese momento encontrar soluciones a esas sensaciones que experimentas.
  3. Empieza a dar color a tu mandala elegido y hazlo recreándote en cada una de sus fases, realízalo con la intención de relajarte profundamente.
  4. Anota ahora sin censuras, todo lo que te aparezca en tu mente como maneras de disolver las tensiones acumuladas.
  5. Elige una solución que creas te podría ayudar a eliminar tu exceso de tensión y hazte el propósito de aplicarla.
  6. Contempla el mandala en un estado meditativo y de silencio mental durante ocho minutos.

Recuerda que los mandalas son una fuente de energía, que a través de la meditación te van a dar sanación, sólo es cuestión de trabajar con ellos para que obtengas sus beneficios.

 

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