Te has preguntado alguna vez, ¿por qué amamos, por qué nos enamoramos, por qué elegimos a las personas que elegimos? ¿Existe el amor a primera vista? ¿Cómo funciona nuestro cerebro cuando está enamorado? ¿Hay alguna explicación del porqué los hombres responden más al estímulo visual que las mujeres, mientras la mujer puede recordar perfectamente cada detalle en su relación?

Cuando una persona se enamora, su cerebro va cambiando con el tiempo. Se empiezan a activar ciertas regiones cerebrales al experimentar un sentimiento de romanticismo. Estar enamorado es algo común a toda la humanidad, es parte de nuestra naturaleza, como también es parte el sentirse deprimido, enojado, ansioso cuando esa persona en la que se ha puesto especial interés nos rechaza, evita, o simplemente no tiene ganas de enamorarse igual que uno.

¿Qué pasa en nuestra mente cuando nos enamoramos?

1.-Se obtiene un cambio de conciencia, es decir esa persona que nos atrae, de pronto se convierte en alguien muy especial en nuestras vidas, es algo nuevo, único y prácticamente todo se mueve alrededor de él/ella.

2.-A partir de ese momento centramos toda nuestra atención en quien nos ha atraído, poniéndolo muchas veces por encima de todo y todos incluyendo la familia, el trabajo, los amigos.

3.-La mente empieza a divagar, recuerda con exactitud y precisión todos los detalles, las canciones que llegaron a escuchar juntos, lugares a donde acostumbran ir, y otras pequeñas cosas que asocian con el ser amado y empiezan a engrandecer o magnificar pequeños aspectos todo lo ven color de rosa, y muchas veces se pierde el sentido de la realidad.

MENTE

¿Cuáles son los síntomas emocionales del enamoramiento?

1.-Uno de los principales síntomas del amor romántico es el pensamiento obsesivo en la persona amada. Sencillamente uno no puede quitárselo de la cabeza y se siente una euforia tal, que muchas personas dejan de comer o dormir.

2.-El sentimiento de enamoramiento se eleva dramáticamente cuando la persona de nuestro interés se muestra cariñosa, atenta, llama regularmente, envía mensajes, correos, etc.

3.-El enamoramiento puede producir una gran variedad de inesperados cambios en nuestra conducta, por ejemplo: el sentirse eufóricos, cuando nos sentimos atendidos por el ser amado, pero también pueden experimentar ansiedad, desesperación e incluso ira cuando son rechazados o peor aún, ignorados.

4.-Cuando el amante no sabe si es apreciado o correspondido enteramente, las personas se vuelven hipersensibles y empiezan a buscar cualquier indicio que les de una pista de que son queridos. Muchas personas al enamorarse cambian su estilo de vida, su forma de vestir, sus costumbres y muchas veces hasta sus valores con tal de que la persona de su interés las ame, es decir reordenan su vida para acomodar a la persona amada.

5.-Cuando se desea la exclusividad sexual, mientras no se llega al punto del enamoramiento, no importa que esa persona mantenga relaciones con otra persona. Pero cuando surge el amor, desean profundamente que su pareja les sea completamente fiel sexualmente.

¿A qué se debe toda esta mezcla de emociones?

El amor es producido por una serie de sustancias químicas (llamados también neurotransmisores) y estructuras específicas que existen en nuestro cerebro, principalmente: la Dopamina y la Norepinefrina y una más que está relacionada con éstas dos, la Serotonina.

La dopamina, en niveles altos, es la responsable del enfoque que ponemos en esa persona que hace se convierta en algo especial, ya que nos orienta a una motivación inquebrantable y una conducta orientada hacia nuestro objetivo (el ser amado), a tal grado que hace que la persona se concentre intensamente en la otra, de tal forma que muchas veces excluyen las características negativas de la persona en cuestión.

La dopamina está asociada con el aprendizaje de los estímulos novedosos, en este caso la persona nueva que llega a la vida de uno. La intervención de la dopamina puede incluso explicar por qué los hombres y mujeres enamorados se vuelven tan dependientes de su relación romántica y por qué ansían solamente estar unidos al ser amado. Cuando la dopamina en el cerebro aumenta, aumentan también los niveles de testosterona, la hormona del deseo sexual.

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La Norepinefrina,, produce muchos de los mismos sentimientos y conductas de la dopamina, y se cree que contribuye a estimular la pasión del romance. Pero asociada con la Feniletilamina se encarga de producir los apegos y nos dotan de una mayor concentración, aumenta la lucidez mental, razón por la cual dos personas pueden permanecer horas y horas hablando entre sí.

La Serotonina, produce un estado de felicidad y tranquilidad, en niveles normales, en niveles bajos desencadena el pensamiento obsesivo, un componente central del amor romántico.

La corteza pre-frontal, , es una conjunción de regiones cerebrales situadas detrás de la frente, es la parte de recoge los datos de nuestros sentidos, los sopesa, integra los pensamientos con los sentimientos, realiza elecciones y controla nuestros impulsos básicos. Aquí es donde razonamos, deliberamos y decidimos… ¿fácil no?

Una vez entendido cómo funcionamos cuando estamos enamorados, nos damos cuenta que se involucra todo nuestro SER en este proceso, ya que participan desde el corazón hasta la piel, pasando por el estómago, el sistema inmunológico, la presión arterial, en fin que cambiamos totalmente.

Así que lo más recomendable para que valga la pena toda este serie de ajustes emocionales es: “Saludemos el despertar del Amor, con todos sus sueños y tristezas”. Millones y millones de personas andan en su busca y a pesar de todas las lágrimas y los berrinches ocasionados por el desengaño o desamor, la mayoría de nosotros nos recobramos y reanudamos una y otra vez ese cortejo que nos proporciona grandes alegrías.

Y en la medida en que las experiencias pasadas las tomemos como herramientas útiles para salvaguardar nuestro estado emocional, tendremos más información que nos dará más seguridad, sabremos más acerca de las cosas que sentimos y por qué lo sentimos, podremos prever algunas conductas de los que nos rodean, y sobre todo, lo más importante: “así como el amor llega espontáneamente, también puede desvanecerse de repente”.

Platón, decía del amor: “por su naturaleza no es mortal ni inmortal, sino que en un mismo día a ratos florece y vive, a ratos muere y de nuevo vuelve a revivir”. El amor es voluble, inconstante: puede expirar, reavivarse y volver a apagarse.

Para reflexionar: Por qué amamos
Helen Fisher
Taurus.

Finalenamorados

 

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