Siempre que un año termina y se aproxima otro, nos hacemos propósitos basados en reflexiones hechas sobre aquellas cosas que hicimos o que dejamos de hacer y en cómo cambiarlas, para lograr esos nuevos propósitos que vamos a crear, ya sean del trabajo o de la pareja no importa, siempre debemos movilizar energía.

Cuando tomamos esa decisión de mover energía estamos dando una instrucción al universo de algo que queremos que pase y de por dónde debe iniciar a mover las “fichas” de la vida en pro de nuestro bienestar.

Para esto debemos seguir algunas sencillas recomendaciones que nos ayudarán a acercarnos a esos objetivos propuestos. Así debemos hacerlo:

Abrir espacio a las cosas nuevas es muy importante par este proceso, dos cosas no pueden ocupar el mismo espacio. Así estas no sean físicas, tienen un contenido energético y por lo tanto están conectadas a todo lo demás, así que desocupa el depósito o libérate de cosas que ya no usas, de aquellas que dices “tal vez este año las use o puede que se presente una oportunidad y las necesite” y así estas cosas en muchos casos llevan en el espacio 3, 4, o 5 años sin ser utilizadas. Existen ciertos objetos que utilizamos una sola vez al año como los objetos navideños o de temporadas especiales; de lo contrario, haz una limpieza hasta de objetos de la cocina y permite que toda la energía nueva llegue a tu vida.

Haz una revisión de todas aquellas personas de las que te rodeas. Piensa cuáles de ellas te aportan a tu vida, cuáles te suman cosas y te hacen ser una mejor versión de ti mismo. Una vez hecho este análisis, piensa con objetividad a quién le vas a entregar ese “tiempo libre”, el tiempo es algo que nunca regresa y por tal razón es de las cosas más preciadas que tenemos. Así que elijamos bien en que lo vamos a invertir.

Para recibir el año nuevo escoge de tu lista de propósitos una sola cosa y toma acción sobre una de ellas. Empieza calendarizando la primera, las otras cosas de tu calendario se irán sumando una a una con mayor facilidad una vez tu capacidad de concretar y materializar se haya afianzado.

Soluciona todos aquellos conflictos o malentendidos que se pudieron haber quedado con algunas personas. Si hay oportunidad de hacerlo con la directa implicada, puedes decirle tu versión de las cosas y contarle el porqué actuaste de una manera en particular. Siempre recuerda hablar con el corazón, la fuerza del amor es la más sanadora. Si no es posible hablar con la persona entonces puedes escribir una carta que luego quemarás en la que debes poner justo lo que le dirías si la tuvieras al frente y puedes adicionar en tu carta lo que aprendiste en esa experiencia.

Haz una pequeña limpieza en tu casa. Rocía sal marina en el piso; ésta la debes dejar de un día para otro. Al día siguiente barre de adentro hacia fuera con la intensión de sacar o remover todo aquello que no necesitamos, que ya no nos sirve. Al día siguiente de esto, trapea el piso o usa un aspersor con esencia de canela o sándalo, de la puerta hacia adentro, con la intensión de que entre todo aquello que quieres para tu vida.

Haz un listado de todas las cosas que tienes para agradecer en tu vida, las cosas grandes y también las pequeñas. Todas son importantes. Agradecer te eleva la energía y te conecta con más cosas para agradecer, tiene como un efecto bola de nieve.

Por último, no te quedes en las cosas pasadas, éstas ya pasaron. Sólo tienes este momento ahora mismo para crear lo que viene y este momento no volverá nunca más, así que utilízalo en cosas que te sirvan, como pensamientos o acciones que te acerquen a aquello que quieres para tu vida.

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