¡Vivir en otro país como una expatriada danesa puede ser un reto! Un reto que evoluciona con el tiempo. Para mí, empezó cuando nos instalamos en nuestra nueva casa -mi esposo, yo y nuestros dos hijos- y descubrimos que no sabíamos contestar a las preguntas más básicas como ¿Dónde está el supermercado más cercano? ¿Dónde nos registramos? ¿Qué hacemos si nuestros hijos se enferman? ¿Podemos pagar las cuentas por correo? ¿Hacen reciclaje? ¿En qué horario abren las tiendas? ¿Dónde hay actividades para los niños? Etc.…

Después de un año, la mayoría de estas preguntas se fueron resolviendo sea mediante ayuda o por nuestro propio descubrimiento. Y así empezó una nueva fase de mi vida como una expatriada danesa, una fase donde me aventure a participar en los varios eventos de la ciudad, aunque no siempre sabía exactamente que hay que hacer. Les voy a dar un ejemplo:

 

Festa di Nonni

Todo salió mal...Festa di Nonni

Todo salió mal…Festa di Nonni

Nuestros dos hijos van a la escuela en Italia. Mi hijo de 5 años, Jonathan, va al kinder y mi hija de 7 años, Josephine va a la primaria. En octubre del año pasado, hubo la “Festa di Nonni”, que significa el Día de los Abuelos, y consiste en que tus abuelos van a la escuela y llevan galletas, que los niños venden para donar el dinero a una fundación. ¡Por lo menos es lo que entendí de la traducción de la invitación!

Así que ese día, fuimos a la escuela un poco más tarde de lo normal, a las 14:40, a descubrir que el evento era una “casa abierta de pasteles”, y que todos debíamos llevar pasteles para vender ese día… ¡yo no había llevado nada! Ni bien llegué, el anunciante dijo: “Dove é mamma di Jonathan?” (¿Dónde está la mamá de Jonathan?). Para mi horror veo que el lugar está lleno de padres/abuelos sentados en filas, esperando que el show de los niños empiece, así que levanto mi mano para mostrar que estoy ahí, para mi sorpresa mi hijo estaba parado juntos a sus compañeros con una peluca gris y bastón, disfrazado de abuelito, ¡lo que me hizo acordar que toda la semana me dijo repetitivamente que necesitaba una peluca!, y me olvidé por completo, por lo que el profesor tuvo que disfrazarlo con las cosas que había en la escuela.

Después del show de los niños, que fue muy dulce y emocionante (si entiendes italiano), mi hijo me llevó afuera a mostrarme donde aprendió a jugar básquetbol. Después de 10 minutos afuera, le digo que iré a comprar un pastel en la feria, todas las mesas estaban llenas de deliciosos pasteles, todos con el precio, y el nombre de quien los hizo. O por lo menos eso es lo que creía, pero cuando fui a comprarlos descubrí que los nombres en los pasteles no eran de quien los habían hecho, sino de quienes los habían comprado, ¡y todos los pasteles tenían nombre!

Tengo ganas de gritar

Todo salió mal...Festa di Nonni

Todo salió mal…Festa di Nonni

Ese momento, tenía ganas de gritar y decirle a todos que si esta “Festa di Nonni” hubiera pasado en Dinamarca, todo hubiera sido diferente. Yo hubiera sabido absolutamente TODO acerca de la fiesta. Probablemente hubiera sido parte del comité, además, hubiera estado ahí por lo menos una hora antes para ayudar a poner las sillas y mesas. Hubiera sabido TODO lo que mi hijo necesitaría ese día, y hubiera practicado con él su show en casa. Y, por supuesto hubiera hecho por lo menos dos pasteles grandes para ese día, y comprado tres. Hubiera sido un día totalmente diferente, conmigo siendo una madre precisa, eficiente, en control de todo.

Pero en lugar de eso fue un día en el que probablemente todos pensaron: Ella no puede venir a tiempo, obviamente no tiene idea de que está pasando, no trajo pasteles y ni siquiera apoyo nuestro recolecta comprando un pastel. ¿Por qué esta aquí? -deben pensar. Y la respuesta es simple: Porque amo su hermoso país, su buena comida, sus ricos vinos y su relajado estilo de vida.

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