Comienzo por contarles una experiencia personal, es breve pero contiene una síntesis de lo que quiero expresar.

Sucedió cuando era muy chica, alrededor de cuatro años, iba con mi mamá en un colectivo, me acuerdo que yo estaba sentada y mí madre no recuerdo bien, pero supongo que a mí lado.

El micro estaba no muy lleno, pero se encontraban personas paradas. De pronto, miro hacia el pasillo y me encuentro con una señora y su hija de la mano.

La nena, en un momento, me mira, al encontrarme con su mirada, le pongo mí peor expresión, algo así como cara de enojada, de decirle, no  me mires más.

Ella, lejos de devolverme la misma expresión o de  dejar de mirarme, me sonríe con una sonrisa que iluminó todo el colectivo o autobús.

Nunca fui antipática y no puedo analizar a la luz de los años , el porqué de mi  expresión, lo único que me acuerdo es que le devolví otra sonrisa aún más amplia, y de haber podido , quien sabe , podía haber entablado una amistad , de no haber ella y su madre haber descendido en una parada posterior.

Con esa simple experiencia, pude hilvanar , a través de los años, sin invadir un espacio que le es reservado a la psicología, sino que se relaciona sólo con experiencias, un pensamiento que lo resumo en tres conceptos ….la importancia de una sonrisa.

Una sonrisa a quienes lo necesitan, además de otra clase de ayuda, el sonreír aplaca discusiones , genera afecto, atempera los ánimos.

La sonrisa que a veces está de vacaciones por innumerables problemas serios, pero que retoma su actividad cuando los vientos de las preocupaciones cambian.

Una sonrisa que como boomerang, nos será devuelta cuando nosotros seamos los que  la necesitemos .

Una sonrisa es una expresión ,que proviene del inmenso amor que nos tiene Dios, es decirle al otro, estamos, te queremos, estamos con vos.

Una sonrisa que quedará en la retina de  muchos  y traspasará nuestra existencia , dejando como estela , el amor de Dios.

 

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