Cuando escuchamos medicina genómica es fácil creer que nos hablan del futuro, de la clonación y cosas que no parecen tener injerencia en la salud. Pero la realidad es que no podemos estar más equivocados. Con el descubrimiento del genoma humano y su codificación hace más de 10 años, con los avanzados modelos diagnósticos y tristemente con la enorme lista de enfermedades nuevas, la medicina genómica ha despertado una nueva esperanza.

La razón es simple: poder predecir qué enfermedades va a desarrollar una persona a lo largo de su vida de acuerdo con su genoma es, de cierta manera, una forma de curarlas. Un ejemplo común es el cáncer. En 2012 cobró la vida de 8.2 millones de personas en el mundo, y la cifra parece ir en aumento. Sin embargo, gracias a los avances de la medicina genómica, es posible predecir si una persona desarrollará algún tipo de cáncer, pues está escrito en su genoma.

Por ejemplo, el cáncer de mama, la segunda causa de muerte en mujeres a nivel mundial. Su detección oportuna es la mejor forma de curarlo. En la actualidad existen pruebas genéticas que nos ayudan a encontrar mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 que en la mayoría de los casos, son responsables de la aparición del cáncer. Aunque el cáncer es por desagracia una enfermedad multifactorial, saber si una persona corre el riesgo genético de padecerlo podría ayudar a que lleve un estilo de vida más saludable o tome las medidas necesarias para no presentar la enfermedad.

Y no sólo el cáncer se puede predecir de esta manera. Hay muchas enfermedades que pueden ser diagnosticadas antes de su aparición y ser tratadas antes de causar estragos en la vida.

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