Poco a poco cayeron las murallas     

rondantes de esta larga vida

hasta quedar desnuda el alma

enfrentada a la realidad naciente.

Poco a poco mis venas sintieron

ese nuevo palpitar del universo

estrellas rutilantes viajeras

destilando brillo a torrenciales.

Se fueron y agotaron las ideas

encasquetadas en la lumbre

se fueron y murieron las amantes

llegadas a deshoras de la noche.

Solo ha quedado el cielo azul

la noche blanca y estrellada

un sabor agridulce en los labios

y un alma desnuda en busca

de nuevos y claros horizontes.

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