Alguien sopla sobre la faz de las aguas

dando origen al palpitar de la vida

con el verbo sublime de perfecta gracia

todo surge en el vientre de una madre.

 

Las aguas internas son cristalinas sin mancha

adornadas del espíritu de la palabra santa

cuando el aire vibra sin temor ni ansias

unas aves blancas vuelan libres en el cielo.

 

La vida es bella pletórica de inocencia

bañada con el mar verde de la foresta,

fresca la brisa acaricia la nada

fresco el vientre palpita lento

dentro las venas sintiendo existencia.

 

Es el sexto mes de la semana

la creación ha llegado a su final

unos ojos claros contemplan todo

La luna blanca, el cielo estrellado

gracias a quien bufó sobre la faz.

 

 

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