Seguro que tomas vino, o al menos lo has tomado, y que muchas veces has querido aprender y saber cómo catarlo. Pues te tengo una buena noticia it’s #NeverTooLate para aprender a catar un vino y aquí te enseñamos cómo.

#NeverTooLate para aprender a catar un vino

#NeverTooLate para aprender a catar un vino

El mundo del vino es enorme. Sus variedades, cepas, precios y orígenes dan posibilidades infinitas. No es fácil catar un vino, es decir, degustar y apreciar cada uno de los matices de esta bebida que ya es tradicional en todo el mundo pero que cada día gana más adeptos y amantes. Tan complejo es que incluso hay una carrera profesional dedicada sólo a esta actividad; la de sommelier. Pero aquí te entregaré los mejores y más sencillos trucos para que puedas diferenciar entre un vino y otro y, sin ser experta, te luzcas frente a tus invitados en una cena.

Primero debes saber que en la degustación de vinos no solamente se usa el gusto. En la cata de un vino deberás usar casi todos tus sentidos; observar el vino con calma, percibir sus olores varias veces, además por supuesto de saborearlo e intentar percibir lo más profundamente todos sus sabores. Todo esto te dará la información necesaria para saber qué vino tenemos enfrente y qué tan bueno es.

Pero antes de comenzar debes tomar algunos apuntes:

  1. Primero, debes probar cada vino en una copa distinta, usar la misma copa mezclará los sabores y no lograrás percibirlos de manera correcta.
  2. Segundo, debes hacer la cata en un lugar ventilado y luminoso para apreciar bien cada matiz presente en el vino. Luego es recomendable que tengas un vaso de agua para beber entremedio de cada vino. Ahora sí estás lista.

Dicen que la comida entra por la vista, y la bebida también. Lo primero que debes hacer luego de servir un poco de vino en una copa es cogerla por la base, para evitar que se caliente, e inclinar la copa en unos 45º aproximadamente. Ahora observa. Los vinos tintos de mayor juventud suelen tener un color cereza brillante o rubí. Por el contrario, un vino envejecido tendrá un color granate o más oscuro. He ahí la primera diferencia.

 

Si colocas la copa sobre una hoja con texto y te es imposible leerlo, entonces sabrás que estás frente a un vino de capa alta, es decir, te mostrará la intensidad del color de los vinos y depende del contenido en antocianos y por tanto de las uvas con que se elaboró. Por el contrario, si puedes leerlo, se trata de un vino de capa baja. Así mismo, si mueves un poco el vino de la copa verás como caen las lágrimas, que mientras más rápido caigan significará que mayor densidad tiene y por ende mayor graduación alcohólica.

Luego pasarás al olfato. No muevas el vino y pon tu nariz en el borde de la copa e inhala profundo. En esta etapa podrás notar los aromas primarios del vino, estos dependerán de la variedad de uva con que se haya hecho el vino. Luego si agitas la copa y vuelves a oler notarás los aromas secundarios del vino. Esto ocurre porque el vino se oxigena y deprende nuevos aromas que generalmente abundan en vinos jóvenes. Si sigues agitando podrás notar los aromas terciarios o bouquet, que son los más complicados de notar, pero los que dan la mayor información sobre la crianza del vino en cuestión.

 “A medida que vayas catando más vinos, sabrás distinguir mejor entre sus características, origen, cepas e incluso años de guarda en barrica”.

Los aromas que puedes sentir serán de la fruta, la uva emula aromas de otras frutas al fermentar como frutas rojas, manzanas, cítricos o frutas tropicales en blancos. También puedes percibir olores que vienen de la madera de la barrica donde se guardó el vino. Estos pueden ser vainilla, café o cuero por ejemplo. También podrás notar fácilmente si el vino está malo. Puede suceder, en especial si se conservó de mala manera, que sientas un olor “avinagrado”, esto significará que el corcho se ha deteriorado y ha dejado pasar oxígeno y bacterias hacia el vino.

Luego pasarás a probar. Lo primero será captar uno de los cuatro sabores básicos: dulce, ácido, amargo y salado. El sabor salado no se encontrará en el vino a excepción del caso de la manzanilla. Para notarlos bien, deberemos pasar el vino con nuestra lengua de un lado a otro.

#NeverTooLate para aprender a catar un vino

#NeverTooLate para aprender a catar un vino

Después de la primera impresión podrás notar la textura del vino. La textura la clasificarás según la suavidad del vino y dependerá de los famosos “taninos”, componentes que están en la piel de la uva y que generan sensación de sequedad. Calificarás el vino positivamente cuando sea suave como la seda o satín y negativamente cuando sea áspero y desagradable para el paladar. Esto te ayudará a diferenciar un vino bueno de uno malo.

Otro factor por analizar al momento de degustar un vino es la vía retronasal. Si luego de beber un trago de vino y expulsar el aire por la nariz, sigues sintiendo las sensaciones de sabor y textura significa que es un vino de larga retronasal. Sin embargo, la mejor parte de la cata, o la más significativa, es la sensación global o final que nos deja un vino. Esta sensación puede continuar o alargarse en el tiempo y se le llama “recuerdo” de un vino, es decir, la persistencia de los sabores y sensaciones que nos ha dejado en la nariz y boca después de haberlo bebido.

Lo ideal es encontrar un vino redondo, con varios aromas, sabor agradable y buen balance entre acidez, alcohol y cuerpo. A medida que vayas catando más vinos, sabrás distinguir mejor entre sus características, origen, cepas e incluso años de guarda en barrica.

Lo importante es que nunca es demasiado importante para aprender a catar un buen vino y ser la estrella de la noche.

Sigue leyendo a Emilia López

No Hay Más Artículos