La violencia de género es un acto sexista que produce cualquier tipo de daño físico, psicológico o emocional y se traduce en el maltrato verbal o físico en cualquier contexto y en ambas direcciones. Hoy, recogemos todos los tipos de violencia, económica, laboral, psicológica, física, y sexual, porque no hay ninguno que sea menor:

Todos son consecuencia de la discriminación a través de las leyes o la práctica, y persisten por razones de género.

A través de estudios comparativos entre países de todas religiones y creencias se ha llegado a la conclusión que la igualdad de genero es un asunto de sentido común, en Islandia han logrado erradicar las desigualdades de género. Según Thorsteinn “todo comenzó el 24 de octubre de 1975 con la Huelga Nacional de las Mujeres”.  Ese día ninguna mujer en el país trabajó. Los hombres tuvieron que quedarse en casa cuidando a sus hijos, mientras que tiendas, colegios y empresas colapsaron. La economía de Islandia se fue al suelo, pero con ello los islandeses comprendieron el verdadero rol que jugaban las mujeres en la sociedad. Y aquí empieza la polémica duda que me llena la cabeza, entonces, ¿el problema es de sentido común o de ingresos?, ¿por qué una mujer se empodera solo cuando tiene independencia financiera?, ¿por qué cuando la tienen humillan a quien depende económicamente de ellas?

Entonces el problema no es sexista el problema es que no nos enseñan un pensamiento crítico frente a la dependencia económica.

Las manifestaciones que enaltecen la división entre hombres y mujeres no me dejan satisfecha, creo que la verdadera igualdad de genero debería empezar en los colegios básicos, kínder y primaria, donde los tratemos a todos por igual, sin importar religión, genero, gustos o pensamientos radicales, donde el dinero no tiene nada que ver, aun; existen colegios donde separan niñas y niños, desde ahí viene el problema radical de la diferencia, existen colegios que enseñan a las niñas a ser dependientes económicas, es imperante romper estas barreras de la separación de colegios por sexo, de lo contrario estamos perdidos como sociedad y en escuelas medianas enseñar que la aportación económica en pareja no te da ningún beneficio o poder sobre la otra persona, si creemos que el dinero manda entonces ahí veremos que la violencia se genera en el empoderamiento que da el dinero y no en el género.

Si nosotras mismas le decimos a una menor de criterio que debe portarse bien porque si no “ningún hombre la va a querer” o que “si disfruta el sexo es pecado”, entonces ¿qué estamos enseñándole?

Hacemos creer a los niños, que son las nuevas generaciones y quienes pueden cambiarlo todo, en religiones sexistas. Es un mensaje absurdo, contradictorio y violento.

La igualdad de género debe venir desde la cuna, sin miramientos, sin esperar depender económicamente de un hombre, ellos tampoco son cajeros automáticos para sufragar nuestros gastos de manera ilimitada, tenemos que ser independientes para todo y después, si alguien quiere compartir su cartera contigo, es otro punto y eres libre de hacerlo, pero no ir por la vida buscando de quien depender y si es “un buen candidato-a” o no. Eso te pone en un estado de dependencia total.

Considero que la violencia de genero que se esta viviendo en América latina es precisamente porque las mujeres despertaron y están empezando a darse cuenta que no se requiere de un hombre para valer, que no hay necesidad de someterse para valer, que no hay necesidad de obedecer para que te den dinero, la mujer tiene y debe de trabajar, de descubrirse, de decidir cómo y donde quiere ejercer su sexualidad y el hombre tiene y debe comprender que el acto sexual requiere de consentimiento, que el dinero no le da ningún derecho sobre ti y que está tratando con un ser independiente, somos individuos, somos individuales y después somos capaces de decidir en pareja o familia de acuerdo a la decisión de vida que se haya tomado, pero para ello debemos de entender que la educación lo es todo, desde la religión que inculcamos, la escuela donde enviamos a los niños donde los separan por sexo, religión o estatus económico, es el peor daño que podemos hacerles y es un mensaje equivocado.

Si quieres educar a niños en condición de igualdad edúcalos sin religión sexista, sin miedo, sin separaciones, en total tolerancia y amor por sus semejantes, entonces tendremos una sociedad plena y sin violencia.

De acuerdo con el más reciente estudio mundial sobre el homicidio (UNODC) publicado en 2014 cerca de un 95% de los homicidas a nivel mundial son seres maltratados. Un terrible dato para interiorizar y empezar a tratar a todo el mundo con respeto y amor para bajar los índices de violencia en el mundo sin importar el género.  Podemos empezar por sonreír, en serio, cada vez hay menos gente que sonríe en la calle, ¿no?

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