Como cada día
nace al este
y muere al oeste.
Como el invierno helado
da paso a la primavera
de la miel en los labios
o los almendros en flor,
que saludan moviendo
sus ramas florecientes.
Cediendo el paso
al estío caluroso
del verano del primer amor.
Cayendo mecida
por el viento otoñal
y la hoja caduca
del otoño nostálgico,
que precede al invierno frío
que vuelve impetuoso a tocar
la puerta de la estación
de la primavera errante,
que deja un rastro
de flores y mariposas.
Y más arriba en el cielo
bandadas de aves
surcan los cielos azules.
Para volver a nacer.
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