EL MÉXICO DE AFUERA, AYER Y HOY

Hoy, cuando la unión y la solidaridad entre los mexicanos “de acá de este lado” y los mexicanos  y mexicanos de origen en Estados Unidos adquiere un sentido de urgencia ante las amenazas del ahora ya Presidente Donald Trump, una rápida oteada al origen de la comunidad mexicana en Estados Unidos resulta imprescindible para poder entender la historia de lucha que han vivido- y viven hoy día- los mexicanos y mexicano-americanos en el vecino país del norte.

Lamentablemente, en México ha prevalecido una ignorancia crónica respecto al origen, desarrollo y estado actual de esas comunidades. No encontramos mayores referencias en los libros de texto gratuito de la Secretaría de Educación Pública, con los que se educa a la gran mayoría de los alumnos de primaria de nuestro país, acerca de las luchas de los pobladores originales, casi 100 mil mexicanos a los que la frontera cruzó como consecuencia de la anexión de los territorios perdidos por México en la guerra de 1847. Nada se enseña tampoco en los niveles de secundaria y preparatoria sobre las gestas heróicas que esos mexicanos, sus descendientes y los que han ido llegando, han librado durante su proceso de inserción y desarrollo en la sociedad estadounidense. La misma ausencia prevalece en los contenidos de las materias que se cursan en la educación superior, ni siquiera en las áreas de Relaciones Internacionales o la de Comercio Internacional.  Contamos, sí, con centros académicos que analizan a la sociedad estadounidense y a su gobierno, así como las relaciones México- EUA. También hay universidades y centros de estudio que realizan investigación permanente sobre asuntos de migración. Pero, no existe en todo el país un programa estructurado que estudie de manera sistemática a la comunidad mexicana y mexicano-americana, sus orígenes y su evolución, su situación socioeconómica, sus problemas educativos y de salud, su potencial económico, político y social, así como su importancia en la relación con Estados Unidos.

 

Ello ha impedido que los apoyemos en momentos claves de su historia y que, en ocasiones, se instrumenten acciones que no corresponden a las necesidades, expectativas e intereses de esa comunidad.

 

Sólo a manera de invitación, para que ustedes se adentren en el estudio de este apasionante tema, valga recordar que su historia se inicia en 1848, cuando al término de la guerra entre México y Estados Unidos, alrededor de 100 mil mexicanos pagaron el precio de la derrota siendo objeto del abuso de poder de una creciente población anglosajona que tomó el control de los territorios perdidos por México y violó los acuerdos establecidos en el Tratado de Guadalupe-Hidalgo. Así, los mexicanos de la región se vieron en pocos años despojados de sus tierras por la fuerza o mediante tramposos procedimientos “legales”, ya que se desconocieron los títulos de propiedad de la corona española o del gobierno mexicano.

 

La gesta heroica de los primeros mexicanos en Estados Unidos

Joaquín Murrieta, el “Robin Hood patrio”

 

Sometidos, sin derechos políticos en su propia tierra, relegados de toda oportunidad de participación en el desarrollo económico y hostigados social y culturalmente en su nuevo país, dieron una respuesta inmediata. Surgieron en ese contexto valientes personajes que, a título individual o de manera colectiva, se rebelaron contra las injusticias. Entre los más famosos podemos citar a  Joaquín Murrieta, El Patrio, también conocido como el Robin Hood de las Sierras, un mexicano del estado de Sonora, quien se estableció hacia 1849 en el sur de California durante la llamada “fiebre del oro”, y quien luego de ser despojado de sus propiedades y sufrir cruentos abusos luchó contra los anglos, junto con los indios nativos y los pobladores mexicanos originales de esas tierras, robando para repartir el dinero entre los pobres.

 

Juan Nepomuceno Cortina

Juan Nepomuceno Cortina

 

También destaca Juan Nepomuceno Cortina, héroe binacional, ya que sus hazañas tuvieron lugar en los dos países. Miembro de una familia con tierras en Tamaulipas, luchó en el ejército del lado de México durante la guerra contra Estados Unidos; después se retiró y compró un rancho en Texas donde se estableció. Cortina se levantó en armas en julio de 1859 cuando hirió al sheriff al defender a un peón mexicano que estaba siendo golpeado. En septiembre del mismo año lanzó un manifiesto al pueblo de Texas donde explicaba su lucha y al día siguiente con sus hombres tomó la ciudad de Brownsville, de donde fue desalojado por los Texas Rangers. Después de varias escaramuzas y sin lograr un levantamiento general de los mexicanos, se fue debilitando y huyó al lado mexicano. En Tamaulipas se unió a la causa de Benito Juárez, combatió al invasor francés, alcanzó el grado de General y fue nombrado durante algún tiempo Gobernador militar de Tamaulipas. Fue encarcelado por Porfirio Díaz y salió años después, destrozado. Murió con el respeto y la admiración de los mexicanos de ambos lados de la frontera, en aquellos años.

 

Muchos otros podrían nombrarse, como Tiburcio Vázquez, Francisco Bárcenas, José Californio, Juan Flores, y otros más que lucharon durante años contra los inmigrantes anglos por la opresión de que eran objeto. Muchos de ellos, considerados paladines de la justicia, fueron héroes de corridos que describían sus gestas desesperadas y, tristemente, infructuosas. Estos valientes mexicanos, llamados “bandidos” por los inmigrantes anglos, sentaron un precedente de lucha que inspiró a las siguientes generaciones, pero cuyos esfuerzos en México fueron, y siguen siendo desconocidos. Una omisión imperdonable que debemos corregir.

 

Sigue leyendo a Graciela Orozco

No Hay Más Artículos