Los aficionados al cómic sabrán, más o menos, a que me refiero. Para los que no, ahora paso a contároslo de forma sencilla y resumida.

Peter Parker, un afamado personaje de cómic, es mundialmente conocido desde hace muchos años como Spiderman. Como Spiderman, es un héroe, aunque no precisamente de la mejor fama, pero, y ahí me parece lo más interesante del personaje, es que Peter, es un chaval de la calle, un poco como tú y como yo, con el que podemos sentirnos identificados, ya que no siempre le salen las cosas bien. Para ser exactos casi nunca le salen bien las cosas.

Alumno acosado, blanco de bromas, ciertas dificultades con el sexo opuesto, problemas monetarios, lo que le provoca no pocos quebraderos de cabeza, que repercute en su ámbito laboral, como todos nosotros. Siempre con las mejores intenciones y poniendo su alma en todo lo que hace, y aun así parece no ser suficiente en múltiples ocasiones, así son las cosas.

Peter Parker

Peter Parker

Por ese motivo a veces alguno decimos sentirnos como el pobre Peter Parker, que cuando se quita la máscara ha de lidiar con un jefe cascarrabias y algo rácano. O correr y más correr, siempre apurando cada minuto porque el día no tiene suficientes horas para llevar a buen término todas las actividades que abordamos a diario, llegando justo a tiempo, o más bien justos de tiempo, para atender todas las gestiones que requieren nuestra atención, incluidos los asuntos sentimentales, si los hubiera. Pero con todo, al igual que Peter Parker, no dejamos de ir hacia adelante, incluso en los días en los que las cosas no parecen marchar, no perdemos la moral, seguimos viviendo y luchando por lo que queremos.

 

 

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