Si, eso es, el sexo, esa legendaria actividad que en mayor o menor medida tenemos todos en mente en muchos momentos. Dice la escritora Roser Amills que venimos del sexo, todos absolutamente. Y tiene toda la razón. Es verdad, es innegable, el sexo está presente en muchas cosas de la vida, aunque pretendamos pasar de puntillas por el tema por puritanismo, exceso de pudor, o cualquier razón que creamos tener para ello, el sexo se filtra hasta por las paredes, es parte de misma vida, a veces es la vida, y por supuesto crea vida, es algo prodigioso.

 

Sexo

Sexo

El sexo es algo que a muchas personas les da vergüenza, temen tocar el tema, y es algo ciertamente curioso, pues se censuran más escenas e imágenes de contenido sexual, que de violencia. Nos ha pasado a todos, en una especie de adoctrinamiento colectivo en  el que algo tan natural y agradable, es…pecado, una inmoralidad, y no se cuantas cosas más, calificando de libertinos a todos aquellos que se atreven a mencionar el tema sin autoreprimirse.

Es curioso, digo, porque mientras censuran el sexo en todas sus formas, alientan el egoísmo individual en sus múltiples facetas, sobre explotación laboral, evasión de impuestos, abusos de poder, y otras mil cabronadas, mucho más nocivas para la sociedad en general.

 

” El sexo es empatía, es ilusión, amor, es experimentar sensaciones nuevas”

Quizá es que quieran convertirnos en témpanos de hielo vivientes, en criaturas menos humanas, entumecidas y carentes de toda empatía, porque el sexo no es sólo sexo. El sexo es empatía, es ilusión, amor, es experimentar sensaciones nuevas, una forma de comunicar, conectar, y compartir con otros. El sexo es pasión, amor y vida, es sentir, y eso, no pueden quitárnoslo. Hagámoslo, hablemos de ello. Existe, esta en mi, en ti, en todos. Salgamos del armario, atreviéndonos a nombrar una cosa que es parte de nosotros mismos, de la misma naturaleza.

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