El 27 de enero se cumplieron 75 años de que el ejército soviético liberó el campo de concentración de Auschwitz, a menos de 45 kilómetros de Cracovia, Polonia, en cálculos conservadores, se estima que solo en el, murieron 1,100,000 personas, el 90 por ciento de ellos judíos, pero también polacos, gitanos, comunistas, prisioneros de guerra, y disidentes políticos del régimen nazi.

En 1117 se fundó el poblado de Oswiecim, al suroeste de lo que hoy es Polonia, pero que en su momento de la misma manera que el país que hoy los alberga, cambiaron de manos y, en diferentes tiempos formaron parte de territorios de otras naciones o imperios, como el austrohúngaro, lo que es una realidad es que Oswiecim siempre mantuvo una extraña multiculturalidad para su época, ya que fue un pueblo abierto a todas las razas, en ella se asentaron cristianos, protestantes, y a invitación de diversos reyes polacos, judíos, los cuales para mediados del siglo XV, ya eran la mayoría, esta diversidad permitió que fuera la cuna de intelectuales como Lukasz Górnicki, secretario de reyes, pero trascendido fundamentalmente, por haber traducido a Lucio Anneo Séneca, el joven.

Sin embargo, este panorama cambió con la invasión de los nazis a Polonia el 1° de septiembre de 1939, con lo que formalmente dio inicio la Segunda Guerra Mundial, y está población paso a denominarse en alemán, Auschwitz, penosamente famosa por los campos de concentración que se construyeron en la ciudad, abiertos a partir del 20 de mayo de 1940, un lugar estratégico por múltiples razones, se aprovecharon instalaciones militares del ejército polaco, además del valor extraordinario que la zona tenía por, su cercanía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, especialmente Ucrania, a Alemania, la entonces Checoslovaquia, y Austria, pero además como hemos comentado la cantidad de judíos, principales receptores del odio nazi.

Lo que actualmente se conoce como Auschwitz, constaba de tres campos principales.

Auschwitz I, el original, ribeteado en su puerta de entrada principal con la leyenda, “Arbeit Macht Frei”, el trabajo libera, un sarcasmo imbécil; Auschwitz II-Birkenau, de concentración y exterminio; y Auschwitz III-Monowitz, de trabajo forzado para IG Farbenindustrie, conglomerado industrial especializado en químicos; y 45 campos satélites, todos relacionados con las industrias metalúrgicas, mineras y, especialmente militares; sin lugar a dudas los mayores centros de exterminio de población civil, hasta ahora conocidos, durante los casi cinco años que funcionó, estuvo a cargo la mayor parte del tiempo de Rudolf Franz Ferdinand Hess, y posteriormente de Arthur Liebehenschel, y Richard Baer, todos bajo el mando del poderosísimo Heirich Luitpold Himmier, uno de los hombres de mayor rango y cercanía con el Fûhrer Adolf Hitler.

En la actualidad en lo que fueron los campos de concentración, se conserva como un museo a la ignominia

En el se muestran infinidad de materiales que da fe de la barbarie, que en ella vivieron las más de 1,300,000 personas que desafortunadamente pasaron por sus instalaciones, se pueden observar desde juguetes infantiles, y maletas de equipaje de los concentrados y pelo, hasta los hornos crematorios de los condenados a muerte.

75 años después del cierre de dicho centro de  concentración, considero es conveniente y por ello es que este escrito se hace, para que se sepa lo que pasó, que tengamos cada día consciencia de lo que hace no muchos años vivimos como humanidad y que evitemos a toda costa volver a caer en estos antagonismos, que comienzan con aparentemente poco y se agudizan hasta que llegamos a lo de 1940.

Estamos en una etapa del mundo en el que gobiernan personajes que nunca se hubiera pensado llegarían al poder como en Hungría, partidos políticos que tienen escaños, que en tiempos “normales” no habrían obtenido como el partido nacional en Francia o Vox en España.

Es importante que no olvidemos que Adolf Hitler llegó al poder, como la opción, menos mala, y que permitiría a los partidos políticos alemanes una especie de standby en la que esperarían mejores tiempos y vemos lo que pasó, no se puede seguir dejando pasar los acontecimientos como si nada pasar y después sea incontrolable.

Esta semana que termina se consumó el BREXIT que Reino Unido se auto impuso, nadie va a ganar, excepto los políticos conservadores, todos los demás perderemos y si bien en su momento parecía imposible, pasó.

 

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