A pesar de que parecía imposible, uno de los símbolos más importantes del siglo XX, cayó el 9 de noviembre de 1989, la ilusión triunfó sobre la realidad, y los berlineses de oriente, pudieron cruzar el Muro de Berlín, que de forma casi infranqueable dividió la Ciudad durante poco más de 28 años. Esa noche en la que simbólicamente se reunificaba el país, los que añoraban tomar un café o una cerveza del lado occidental, tuvieron un decepcionante encuentro con la realidad, ya que los precios subsidiados que estaban acostumbrados a pagar, y que las propagandas de la buena vida a la que arribarían, con el simple hecho de cruzar la pared que los sitiaba, no concordaban con la realidad.

 

Muro De Berlín

Muro De Berlín

Como consecuencia directa de la rendición de Alemania en mayo de 1945, se llevó a cabo la Conferencia de Postdam, villa cercana a Berlín, en la que se encuentra el Schloss Cecilienhof, que Friedrich Wilheim Viktor Albrecht von Hohenzollern, último Káiser de Alemania, mandó construir con el diseño de Paul Schultze-Naumburg, en la que se reunieron entre el 17 de julio y el 2 de agosto de hace casi 73 años, Clement Richard Attlee por la Gran Bretaña, Iósif Vissariónovich Dzhugashvili (Stalin) por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y Harry S. Truman por Estados Unidos.

 

De los acuerdos a los que llegaron, destaca; poner en marcha lo pactado seis meses antes, en la Conferencia de Yalta, dividiendo a Alemania y Austria en cuatro fragmentos de seguridad, en donde los conferencistas, más Francia, estarían a cargo de las diferentes regiones, a los germanos los vigilarían, en el norte los británicos, en el este los soviéticos, en el sur los norteamericanos, y en el suroeste los franceses, lo mismo se estableció para Berlín y Viena, los brandemburgueses al ser tasajeados, fueron repartidos para su resguardo, al norte a los galos, al este a los comunistas, al sur a los yankees y el oeste quedo a cargo de Albión.

 

La barrera con que la humanidad intento artificialmente auto excluirse, comenzó su construcción el 13 de agosto de 1961, cuando Walter Ernst Paul Ulbricht, obedeció las instrucciones, que desde el Kremlin le dio Nikita Serguéievich Jruschov, con el pretexto de que fuera una protección antifascista (Antifaschistischer Schutzwall), pero que en realidad pretendía detener la sangría de disidentes, que aprovechando las frontera de la ciudad, cruzaban al lado occidental, se calcula que más de tres millones de personas se beneficiaron del paso franco, si bien es cierto, en un primer momento, solo fueron vallas de madera vigiladas por el ejército, conforme fue transcurriendo el tiempo, el llamado muro, se convirtió en un bloque de hormigón de más de 120 kilómetros de largo, con una altura de hasta 3.6 metros, integrado por más de 45,000 bloques, en realidad nadie sabe con exactitud cuántas gentes lograron evadir su construcción y pasar al lado occidental, o morir en el intento, a lo largo de sus 339 meses de operación, se calcula que la hazaña la lograron 200 personas y murieron más de mil.

 

Hoy se cumplen más días de su destrucción, que el tiempo que fue considerado un ícono de la guerra fría, son casi tres décadas, y la reunificación de Alemania aún no tiene el engranaje totalmente resuelto, pese a los esfuerzos económicos que por igualar los índices de desarrollo se han realizado, lo cierto es que la obra iniciada por Helmut Joseph Michael Kohl, no ha dado los resultados esperados.

“A pesar de que parecía imposible, uno de los símbolos más importantes del siglo XX, cayó el 9 de noviembre de 1989, la ilusión triunfó sobre la realidad, y los berlineses de oriente, pudieron cruzar el Muro de Berlín…”

Si bien es cierto, desde el primer día de la reunificación, muchas empresas se trasladaron a oriente, aprovechando los incentivos fiscales que impulsó el Pacto de Solidaridad implementado, y el menor costo de la mano de obra, en la actualidad, el empareje no se da; los estudios demuestran, que las diferencias entre los dos países siguen manifestándose, el crecimiento del producto interno bruto, y del desarrollo tecnológico favorece a los otrora occidentales, en este punto los orientales, tienen el nivel de avance, que manifestaban los federales en los años 70´s, las mayores tasas de desempleo, aún se dan en lo que fue la República Democrática, quienes en promedio todavía hoy ganan un 17% menos, y la riqueza nacional per cápita, se calcula superior a los 140 mil euros para los primeros y 61 mil para los segundos. A pesar de los más de dos billones de euros invertidos en estos años, la que fue considerada la mejor economía de los países socialistas, no logra que ninguna de las empresas que tienen sede en su territorio, cotice en bolsa de valores. En la única variable que llevan ventaja los prosoviéticos, es en los montos de jubilación, en promedio los hombres reciben 50 euros más al mes, y las mujeres 150, debido a que ellos empezaron a trabajar más jóvenes y cotizaron más años, y ellas trabajaron primero que las del mundo capitalista.

 

La lección indubitable, es que los muros no resuelven problemas, pero sí incrementan las diferencias.

 

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