Si hoy tuviéramos que hacer una apuesta sobre el futuro del Tratado Trilateral de Libre Comercio, firmado entre Canadá, Estados Unidos y México, el 7 de octubre de 1992, fungiendo como testigos de honor, Martin Brian Mulroney, George Herbert Walker Bush y Carlos Salinas de Gortari, mi posta sería por la opción, de que llego a su fin.

Durante la semana que termina, el premier canadiense Justin Pierre James Trudeau, visitó a sus homólogos, Donald John Trump y Enrique Peña Nieto, la gestión diplomática que haga el canadiense es sin duda la única posibilidad de que se llegue a un acuerdo, o no, dependiendo de la postura que más le convenga al país de la flor de maple y es que no podemos olvidar, que mientras él visitaba a los socios comerciales, la cuarta ronda de negociaciones de forma paralela se llevó a cabo en Washington.

Debemos recordar, que los trabajos de negociación, están pactados para llevarse a cabo, entre siete y nueve rondas, la primera de ellas, se llevó a cabo a orillas del río Potomac, en la capital estadounidense, del 16 y 20 de agosto, la segunda fue en la Ciudad de México, entre el 1° y el 5 de septiembre, y la tercera en Ottawa, del 23 y 27 de septiembre, está cuarta ronda está programada a llevarse a cabo, entre el 11 y 15 de octubre, después otra vez en México y posteriormente en Canadá.

¿Termina El Tlc?

¿Termina El Tlc?

Las negociaciones están encabezadas por la canciller canadiense Christina Alexandra Freeland, el norteamericano Robert Emmet Lighthizer, nombrado como representante comercial para este proceso y el secretario de economía mexicano Idelfonso Guajardo Villarreal, si bien es cierto, debido a la delicadeza de algunos de los temas y precisamente como todo proceso de negociación, no debe de ventilarse en medios, la información que ha salido a la luz pública es poca, pese a ello, se puede inferir que las primeras dos rondas, fueron relativamente tranquilas y todo indica que se avanzó hacia el objetivo principal, además de que muchas cosas ya habían sido negociadas previamente, por los diversos representantes de los tres países, para tener un nuevo tratado comercial, sin embargo las siguientes dos, especialmente la que está terminando, han sido altamente complejas.

En ellas especialmente los yankees, han puesto algunos obstáculos que no han sido fáciles de superar, insisten en modificar el Capítulo XIX del tratado, que para México y Canadá es condición sine qua non, para continuar en el convenio, ya que sin duda, es una de las almas del Tratado, ya que ahí se estipula, la revisión y solución de controversias en materia de cuotas antidumping y compensaciones; revisa la vigencia de las disposiciones jurídicas en materia de cuotas antidumping y compensatorias; revisa las reformas legislativas en la materia; revisa las resoluciones definitivas sobre cuotas antidumping y compensatorias; salvaguarda del sistema de revisión ante el panel; aplicaciones futuras; consultas; disposiciones especiales para el secretariado; y un código de conducta.

Otro Capítulo en el que canadienses y mexicanos van de la mano, es el XI, en el que se mencionan los derechos y la protección de las inversiones que los tres estados deben de dispensar, así como los mecanismos de solución de disputas que deben de acordarse en caso de haberlas, a través de una comisión que las resolverá.

Sin lo anterior el acuerdo que hoy existe, no tendría razón de ser.

En lo que los dos países norteamericanos están de acuerdo y le han pedido constantemente a México, de hecho Trudeau, lo hizo en días pasados en la Cámara de Senadores, en donde asistió como orador invitado, es en la necesidad de elevar el salario de los trabajadores mexicanos, así como en el aumento en el grado de las reglas de origen y que se vayan al menos hasta un 65 por ciento de los componentes.

Una variable que se puso en la mesa, de último minuto, si bien ya Trump, la había mencionado, es la petición estadounidense de que el tratado sea renegociado cada 5 años, a lo que se le ha dicho que no es posible, ya que es muy difícil que un inversionista, arriesgue su dinero a un horizonte tan pequeño, y seguramente muchos negocios se detendrían, ante la incertidumbre de que va a pasar en la siguiente negociación.

Al inicio de este escrito, decíamos que considerábamos que el premier canadiense, es quien tiene la posibilidad de relanzar las negociaciones y llevarlas a buen puerto, si ello es lo que conviene a los intereses de su país, y ello sin duda, es por lo que hizo una gira de 4 días por los dos países, no más, ya que los lazos entre México y Estados Unidos, están prácticamente rotos, ante la estulticia que el presidente estadounidense se empeña en hacer gala, el síntoma más claro de ello, es que el empresariado mexicano, al parecer ya se hastió de tanta astracanada junta y ya abiertamente habla de la salida de México.

Y así terminó Trudeau su discurso y primera visita oficial a México:

 

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