Y la Cordura descendió…

Y vi entre las paredes de cristal pasearse a una Doña inigualable… que pocos pueden ver al rostro, frente a frente. Un rostro humedecido por el rocío… y que se va secando con el sol mañanero… Totalmente llena de prudencia controla su lenguaje corporal porque sabe que la espían… absolutamente dueña de sí misma, dueña de sus circunstancias, dueña de todo lo que le rodea, hija legítima del Cosmos y de Dios: persona seria y sin doblez… que no suele acercarse a absurdos precipicios…

Y yo invité a la cordura mi vida...!

Y yo invité a la cordura mi vida…!

Digna de quien proviene, Alguien serio: muy serio y amoroso, que no condena así tan fácilmente y es Justo en todo su andar: compañeros de camino… y de ciertos desvaríos sutiles ¡…que terminan siempre en la moderación…! En su pedestal de marfil, de donde nadie puede removerla. La Cordura… está adornada hasta el extremo con las alabanzas de quienes la detentan… Y perfumada sin saciarse con la recompensa de quienes la invocan… Aunque sean cerebros y personas que segregan en algún momento un toque de locura…

Llena de prudencia y sensatez  la cordura desciende cada noche, arropando el cielo rápidamente con su manto.  Aunque la mayoría no la siente: ella duerme en la mente de los moderados… Y tiene tantos que la agreden, en su delicadeza, que es necesario defenderla a gritos, con desesperación… porque siempre la han querido sacar de este mundo y no podrán hacerlo, por más que lo intenten… Templanza y cautela, sensata en todas sus presencias en todos los lugares donde va. Así es esta Doña, esta Doña Cordura… que no sabe llorar… ¡…porque no lo necesita…!

Algún día, tarde o temprano todos nos entregaremos a la Muerte, pero aquellos que han hecho pacto con la Cordura… abandonarán este mundo: “camino hacia el infinito…” llenos de paz… una paz especialísima… llena de la tranquilidad que tanto necesitamos… Y todos aquellos que están “en su sano juicio” o se alimentan de los delirios personales de su “sin razón” comparecerán primero ante Doña Cordura… y tendrán que dar una justificación pertinente de vida vivida… de reconciliaciones benditas… o quiebres sin lugar al arrepentimiento…

Aquel temprano rocío en su rostro ya se seca poco a poco… el sol tropical comienza a elevarse… Ahora todo parece PAZ: armonía porque la Cordura reina en el Mundo entero… ya no es Doña, sino Señora… ¡aquella que no necesita ni sabe llorar…! Búscala, que ella se deja encontrar en la mente de los cuerdos, en la mente de los moderados…

Al final de la Vida, la Cordura triunfará…

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