El Chicharito que me sacó adelante

El Chicharito que me sacó adelante

Cuando estaba en una época difícil hace unos años, me vi obligado a encontrar una solución para aumentar mis ingresos monetarios. La familia estaba creciendo y cada día era un gasto más. Dije: ¡Tengo que hacer algo! Empecé a hacer trabajos pequeños en varias áreas como repartidor, mensajero, algo de mecánica, pero aún no era suficiente y no era una entrada de dinero estable. Un día en un anuncio vi que vendían un taxi con sus respectivas placas y licencia. Me interesó, pero sabía que no podía pagar esa cantidad de pesos, y menos en estos momentos, lo que necesitaba era ganar más dinero y no hacer más gastos. Los trabajos pequeños empezaron a escasear uno a uno. La verdad es que yo no he estudiado y era difícil para mí encontrar algo que me diera más a mí y a mi familia. Mi mamá tiene un puesto en la calle donde vende tacos de canasta, al que yo le ayudaba de vez en cuando; ahí fue cuando mi mamá me enseñó a llevar las cuentas, a organizar el dinero y que era lo importante de llevar un negocio propio. Yo era muy bueno llevándole clientes cada día porque a decir verdad son los mejores tacos de canasta de todo México. El tiempo pasó y yo no podía pensar en otra cosa que no fuera el taxi que había visto. Visité un banco para preguntar por un préstamo, pero como era de esperar el préstamo fue rechazado. Mi mamá al ver mis esfuerzos por salir adelante me prestó el dinero para el taxi (que hoy sigo pagando a cuotas).

“No he estudiado, pero he aprendido de la escuela de la vida, y sigo aprendiendo cada día”

Los primeros días del Chicharito (como llamo a mi taxi en honor mi héroe del fútbol) fueron difíciles, las personas parecía que no necesitaban del servicio del taxi. A veces tenía uno que otro servicio de mensajería y pocas personas para el servicio de taxi. Algunas veces me aparcaba cerca del puesto de mi mamá porque la gente ya me conocía en la zona. Las personas ya empezaron a conocer el servicio de taxi que ofrecía, me preguntaban si el Chicharito estaba disponible y ahí los llevaba a donde me pidieran. Pasaban los días y cada vez estaba mejor el Chicharito, respondía bien y cada peso era agradecido y hasta quedaba tiempo de ver los partidos de fútbol. Yo estaba feliz, haciendo lo que me gustaba y ofreciendo un servicio a las personas. Yo como ya lo mencioné antes no he estudiado, pero he aprendido de la escuela de la vida, y sigo aprendiendo cada día. El dinero que llegaba gracias al servicio del Chicharito se iba en los gastos de la casa, en cosas para los niños, en pagar la deuda con mi mamá.

El Chicharito que me sacó adelante

Cuando todo iba muy bien un día el Chicharito no respondió como debía, de tanto uso se le averió el filtro del aceite que estaba con un agujero y fue necesario cambiarlo. Este imprevisto costó muchos pesos que no tenía en el momento y a esto hay que sumarle los días que no pude usar el auto mientras se encontraba el repuesto, lo traían al mecánico y lo cambiaban. Fue un hueco en el bolsillo: el costo del sustituirlo, la reparación, los días de aparcamiento. Los días posteriores del arreglo tuve que trabajar extra, hacer más horas en el taxi, algunas otras horas ayudando en el puesto de mi mamá y así pude tapar ese hueco que me dejo el arreglo. Esta situación me enseñó que debo tener en cuenta los gastos que no están programados. Hace poco abrí una cuenta bancaria y eso me está ayudando a distribuir mejor mi dinero. Todavía tengo algunas deudas, pero cada día disminuyen y me siento orgulloso del Chicharito que me ha ayudado a sacar a mi familia adelante en tiempos difíciles.

No me considero empresario ni nada parecido, pero sí una persona que está para el servicio de los demás y que ellos me ayudan a mí. Siempre dando el mejor servicio a mis pasajeros porque si ellos están a gusto van a usar otra vez mi servicio. Puede que cuando pague mis deudas enchule al Chicharito con wifi o algún otro servicio que pueda ofrecer y que le guste a la gente.

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