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Dedico este artículo mi hijo de casi 12 años y a mis sobrinos adolescentes para que cada día agradezcan por la vida que tienen.

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“Mi nombre es X. Vengo de Iraq. Tengo 15 años de edad. Vivo en la jungla en un camper con mi mamá y hermano. Viajamos a Europa porque en mi ciudad Bagdad la gente se mata entre sí. Es muy peligroso. Yo tenía mucho miedo de Deash (ISIS). Ellos matan mucha gente, mataron a uno de mis amigos. Él tenía un apellido diferente así que Deash sabía que él no era el musulmán que buscaban. Ellos matan a mucha gente. A veces llevan a la gente al agua y ahí les disparan así no tienen que limpiar después. Nosotros ya no queríamos estar ahí. Viajamos a Turquía en un camión. De Turquía viajamos en un bote. El bote era muy pequeño y había mucha gente en él. Estábamos muy asustados pero todos sobrevivimos”.

Ésta es la traducción de un escrito hecho por uno de los chicos que actualmente viven en el centro de refugiados de Calais, Francia, al que se le conoce comúnmente como “La Jungla” y han viajado desde diversas partes de África y del Oriente Medio con el objetivo de llegar al Reino Unido. Algunos de ellos hicieron solos todo ese recorrido ya que sus padres fueron asesinados o murieron en el trayecto. La Jungla tiene 6,000 refugiados de los cuales aproximadamente 450 son muchachos de edades entre 12 y 18 años, siendo ellos aún más vulnerables que los niños más pequeños ya que hay organizaciones dedicadas a ellos, pero los adolescentes están totalmente desprotegidos, puesto que no son lo suficientemente pequeños para ser acogidos por estos organismos, ni lo suficientemente grandes para cuidarse ellos solos, estando expuestos al frío, hambre, violencia y explotación.
Ésta es la otra realidad, de la que nadie habla y que no importa cuál sea el punto de vista político de cada quien, hay un punto de vista humanitario, y pensar en esta realidad hace estremecer el corazón de cualquiera. Ésta es la realidad que Jonny Willis y Ben Teuten presenciaron cuando llegaron a Calais comovoluntarios hace 3 meses y ahora han iniciado su propia Organización No Gubernamental llamada “Baloo’s Youth Centre” y su misión es tan fabulosa como su nombre, el cual se debe al oso Baloo, el compañero de Mowgli en el Libro de La Selva.
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El objetivo principal de Baloo´s Youth Centre es proporcionar un ambiente seguro para los adolescentes de entre 12 y 18 años en el cual se sientan libres de jugar y socializar con los voluntarios, quienes a la fecha ya son 5 y su función es hacerse cargo de las necesidades de los chicos las cuales pueden ser muy variadas: algunos tienen la suerte de estar con algún familiar y van a este centro juvenil para comer, socializar y jugar futbol. Otros chicos no tienen a nadie, por lo que los voluntarios se convierten en mamá, papá, hermanos, maestros y amigos. Baloo´s es el lugar al cual los chicos pueden llegar y obtener refugio, ropa abrigadora, seguridad y un poco de normalidad en la que puedan ser niños, ya que su niñez les ha sido arrebatada. Proveer educación también está en el radar, pero de momento hay necesidades más urgentes que atender, como por ejemplo dar una comida caliente al día.

Baloo´s ha cambiado la calidad de vida de los chicos que acuden al centro. Hace sus vidas llevaderas al grado de que cuando cerraron 3 días para las fiestas navideñas al regresar se encontraron con que durante ese tiempo, uno de los chicos no dejó su camper para nada, esperando a que abrieran nuevamente pues es donde se siente seguro y con un propósito. Actualmente Baloo´s tiene fondos para lo elemental, con recursos de Save The Children y Help Refugees pero no es suficiente, hacen falta muchas cosas, sobre todo para expandir el alcance del centro, ya que de los 450 jóvenes que requieren esta ayuda, el centro sólo puede atender a un cuarto de esta población.

Los invito a seguir de cerca esta noble causa visitando la página de Facebook de Baloo’s Youth Centre, y si está en sus posibilidades donar, también les dejo el link Donate to Calais Jungle Youth. Estemos agradecidos de que nuestros hijos tienen padres, comida y techo y cuando se quejen por no querer ir a la escuela, piensen que para estos chicos refugiados el único propósito para entrar al Reino Unido es poder tener educación.

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