Siguen surgiendo noticias sobre el terremoto y el proceso de reconstrucción, pero lo que más nos emociona son las historias personales que siguen saliendo de los testigos de los mexicanos, madres de familia, abuelas, hijas, hermanas… Esta es una tierna historia en primera persona de cómo se vivieron los hechos. Afortunadamente, con un final feliz para este testimonio. Vamos a recordar aquella jornada.

Justo hasta ayer 18 de septiembre estuve en la Ciudad de México y ya por la tarde regresé a mi casa a una hora de distancia aproximadamente de la capital de la República Mexicana, estuve 5 días por allá y todo ese tiempo pensaba que apenas 12 más antes el día 7 también se había sentido un terremoto de 8.2 y por fortuna para mí tampoco lo sentí demasiado porque veníamos en el auto.

Ese día 7, aparte de ver cómo se movían los edificios, las colonias sin luz, lo que más me impresionó fueron las luces en el cielo que se veían dantescas, según dicen los entendidos son las energías que emite la tierra al chocar las placas tectónicas, pero lo que yo deduje es que esa noche a las 11:48 p.m. estaba temblando bastante fuerte debido a la intensidad de las luces del cielo.

Ciudad De México - 19 septiembre 2017 - 13:40 Horas

Ciudad De México – 19 septiembre 2017 – 13:40 Horas

En fin, esa noche del día 7 dormí en casa de mi madre en los edificios ya tan conocidos de Tlatelolco, y conocidos porque es una Unidad Habitacional que cuenta con mucha historia, ya que la unidad está dentro de unas ruinas que datan de la época de la Gran Tenochtitlán, y ahí fue donde sucedió la gran tragedia del conflicto estudiantil del 68, que también fue muy conocido a nivel mundial.

Mi madre vive en un tercer piso y dormité más bien, un poco intranquila, aunque la Ciudad de México no se vio tan afectada, lo terrible fue en los Estados de Oaxaca y Chiapas.

Y hoy 19 de septiembre vuelvo a dar gracias a Dios porque, aunque se sintió bastante fuerte el sismo aquí en donde vivo, no fue nada comparado con lo que está pasando en estos momentos en mi amada ciudad México.

Parece una pesadilla lo que se está viendo en la televisión, muchísimos edificios colapsaron con personas adentro, ya que ocurrió en un horario en el que las personas están en su trabajo y en las escuelas, a las 13:40 p.m. A cada momento dan la noticia de un nuevo desastre, cayó una casa que albergaba un jardín de niños con pequeños dentro, una fábrica textil con personas a las que están tratado de sacar, edificios de apartamentos con gentes a las que no les dio tiempo de salir, hay edificios que parecen estar sostenidos por hilos invisibles, puentes peatonales encima de automóviles, etc.

Y otra vez, 32 años después México está viviendo un día muy parecido a aquél 19 de septiembre de 1985, fecha por demás coincidente en que se registró un sismo de más de 8 grados en la escala de Richter, pero éste fue a las 7:20 de la mañana, un horario en que la mayoría de la gente se está disponiendo para ir a sus trabajos.

Ahora las mismas escenas donde las personas se vuelven a unir en esa desesperación para ayudar a sus semejantes, es impresionante cómo el mexicano puede ser tan solidario con los que están sufriendo en este momento, no les ha importado las horas que han pasado, solamente están ahí en cadenas humanas para sacar de piedra en piedra y coordinarse para ayudar a rescatar a los que más puedan.

Hoy, justo antes de las 13:40 más o menos una hora antes noté a mis gatitas muy nerviosas, muy pegadas a mí, siguiéndome a donde yo iba, como que ya estaban presintiendo lo que estaba por venir, y jamás me imaginé que se avecinara esta tragedia. Fue en un segundo que me sentí mareada, estaba en la planta alta de la casa, y empecé a sentir que todo daba vueltas, pero no alcanzaba a comprender qué estaba pasando, hasta que escuche rugir las estructuras de las paredes que chocaban entre sí, las puertas se empezaron a azotar, las persianas y lámparas parecían columpios, en ese momento tomé consciencia de que estaba temblando y ¡muy fuerte! así que en lo que bajaba las escaleras estaba pensando si así se sintió aquí en Hidalgo, cómo se sentiría en la Ciudad de México, qué estaría pasando? con muchos trabajos bajé las escaleras sin dar crédito a que las escaleras se movían de tal forma que no supe como bajé.

“Estaban presintiendo lo que estaba por venir, y jamás me imaginé que se avecinara esta tragedia”

Las horas que tardé en comunicarme con la familia que vive en México fueron larguísimas, no hubo celulares, ni salían las llamadas locales, tuve que hacer acopio de mi Fé en que todo estaría bien que en cualquier momento un mensaje, un wapp o un mensaje podrían entrar al teléfono y somos afortunados porque aparte del susto, todos están bien, ¿Qué empaña esta felicidad?, el ver tanta tragedia minuto a minuto de lo que sigue sucediendo en la Capital y en los Estados de Puebla, Morelos, Guerrero dentro de los más afectados, y apenas han pasado unas horas.

Aunque siempre viví en la Ciudad de México y sabemos que es una zona sísmica, que está sobre 5 placas tectónicas que están en constante movimiento peleando una con la otra, siempre es difícil acostumbrarse a estos eventos naturales, pero lo más difícil hoy, en este momento es estar con el nervio de que si se escucha un ruido en la casa, inmediatamente mis gatas, por cierto son 5 y todas adoptadas, me voltean a ver espantadas, pero sin duda saben que estamos aquí ellas y yo para hacernos compañía, pidiendo y dando gracias a Dios por una oportunidad más de estar vivos.

Y lo más importante es que tomemos la cultura de seguir las recomendaciones imprescindibles de tener un plan familiar de protección civil:

 

Tener al pie de la puerta principal una pequeña maleta que contenga:

  1. Los Documentos importantes en una bolsa de plástico (Identificaciones, actas de nacimiento, papeles de la casa)
  2. Radio de pilas
  3. Lámparas
  4. Dotación de pilas de varios tamaños

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