Hace poco estaba platicando con una amiga que me contaba lo difícil que la estaba pasando al sentirse tan ansiosa, durante la charla, fuimos desmenuzando cómo era su estilo de vida, sus creencias, sus actitudes ante la vida y finalmente ella llegó a la conclusión que el querer tener todo bajo control era la causa y el detonante de su ansiedad.

Querer controlar todo… el detonante de la ansiedad

Querer controlar todo… el detonante de la ansiedad

 Se encontró con muchas sorpresas que ni siquiera imaginaba, me confesó que un ejemplo es que siempre se presumía de ser muy ordenada, muy concreta, y siempre tenía todo bajo control.

Y el querer tener todo bajo control es uno de los principales detonantes de la ansiedad, ¿lo sabías? Te comparto algunas de las reflexiones que le hicieron darse cuenta de qué tanto control quería tener en su vida y qué tanto más quería ejercer sobre los demás.

La primera pregunta que se hizo fue: ¿Cómo puedo liberarme de la necesidad de controlar?

Aquí te pregunto a ti; ¿Te has preguntado qué es lo que provoca la necesidad psicológica de control?

 El querer tener un control sobre todo, es parte de nuestras creencias, por ejemplo, creemos que necesitamos reunir a nuestro alrededor más posesiones y amistades para sentirnos completos, pero como bien sabemos todos, todo lo que se puede ganar, también se puede perder. Todos sabemos que gentes que han tenido enormes fortunas y posesiones lo han perdido todo, lo que creyeron que un día tendrían para siempre, han caído en el juego de la mente: Pensar que pueden controlarlo todo, y obviamente esta sensación de pérdida crea un sufrimiento que es provocado más por el temor a que no regrese lo que se fue.

La verdad es que llevar un control no está mal, posiblemente lo malo es buscar la perfección y evidentemente es imposible, lo cual termina por molestarte y enfadarte facilmente al no conseguirlo, al buscar tener todo bien, lleva a la monotonia, el ser humano no es perfecto, por lo tanto, siempre existirá ese punto en el cual llegarás a disfrutar de lo inesperado para llegar a un fin.

El deseo de controlar todo puede venir como dije antes por tu estilo de vida, tal vez desde tu infancia, quizá viviste en un hogar falto de armonía, que te hiciera sentire insegura, o con unos padres controladores, si este es tu caso podrás descubrir el origen de tu actitud controladora.

Querer controlar todo… el detonante de la ansiedad

Querer controlar todo… el detonante de la ansiedad

Una persona controladora es normalmente impaciente, irritable y se desespera muy fácilmente, que se frustra y puede volverse agresiva verbalmente, le cuesta trabajo canalizar sus emociones negativas y puede perder fácilmente el control. ¿Cuál es el antídoto cuando te suceda? Respira profundamente cada vez que sientes que puedes perder el control, te ayuda a liberar las emociones toxicas.
Para que te sientas seguro, es fundamental que te hagas cargo de tus asuntos, no delegues, no quieras que otros resuelvan tus problemas. Incluso ten cuidado si eres de las personas que quieren resolver los problemas de los demás, esto te puede llevar a poner en riesgo de caer en el control.

Aceptar que hay cosas que no se logran de la forma exacta que se espera y que los planes demasiado rígidos raramente se logran concretar. La realidad muestra que siempre queda alguna variable imposible de controlar.

Si tu necesidad de mantener el control está sustentada en la idea de que vales por lo que haces, las personas que te rodean no dejan de quererte si te muestras como eres, permítete conocer tus errores sin temor y mejoralos en la medida de lo posible.

Y lo más importante es que NO te presiones sobre todo lo que puedes hacer y dejar hacer, al final de cuentas todo se desenvuelve de la mejor manera, una de las reglas del juego para evitar ser un controlador es dejar de lado la incertidumbre y las dudas, no esperes encontrar fuera de ti la seguridad que nada ni nadie te podrá dar.
¿A que te va a llevar toda esta introspección?

Definitivamente a mejorar la relacion contigo misma, evita auto- criticarte y acepta tus debilidades. Piensa que, al estar más segura de ti misma, te das la oportunidad de ¡el aceptar a los demás!

Anímate y pon en práctica estos puntos, sincérate contigo misma, no pasa nada, simplemente haz un alto, y platícame que tal te está yendo con esos cambios.

 

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