Fue un día mientras estaba sentada en el comedor de mi casa, utilizando mi mano derecha para alimentar a Tomás, la izquierda para sostener el teléfono mientras me comunicaba con mi abogado, mi computador abierto mientras llenaba la aplicación necesaria para la renovación de mi pasaporte, y sonaba la alarma del microondas avisándome que mi almuerzo estaba listo, que tuve una enorme revelación: las madres están hechas para ser emprendedoras. El set de habilidades que utilizamos para lograr que un bebé se convierta en un ser humano decente, es el mismo set de habilidades requerido para emprender un negocio y lograr que sea exitoso. Y la mejor noticia de todas: somos capaces de hacer las dos cosas al mismo tiempo.

Batman vs. SuperMamá

Batman vs. SuperMamá

En ese mismo instante fue cuando decidí que era el momento ideal para dedicar todo mi tiempo y mi energía a la educación de Tomás y también a la planeación de mi propio negocio. Como se podrán imaginar, mi emoción inicial (producto de aquella tarde en la que me sentí iluminada) pronto se convirtió en decepción. Cuando comencé a llevar mi plan a la acción, me di cuenta de que me faltaba tiempo. Apenas tenía tiempo para dormir, y ahora estaba tratando de sentar las bases de mi futuro. ¿En qué estaba pensando? Tomás y sus necesidades absorbían cada minuto de mi día y simplemente no tenía ni la energía ni las horas necesarias para formular un plan de negocios coherente.

Decidí entonces comenzar a leer blogs en internet. Me imaginaba que seguramente alguna otra mamá del mundo había pasado por una crisis similar a la mía. Me di cuenta de que había miles de madres por el mundo como yo; llenas de ambiciones y sueños, pero frustradas y confundidas al mismo tiempo. Sin embargo, había muchos otros blogs que me llenaron de esperanza, ya que eran madres que después de superar esa confusión y frustración, fueron capaces de ordenar sus horarios, sus ideas y sus metas, estableciendo un plan de acción muy estructurado que eventualmente les ayudó a lograr lo que se propusieron: consolidar negocios exitosos sin descuidar la educación y el bienestar de sus hijos.

Después de informarme lo suficiente, comencé mi travesía, aprendiendo muchas cosas a lo largo del camino. Lo primero que descubrí es que todas debemos de tener una cosa clara si decidimos embarcarnos en esta aventura: ser emprendedoras y ser madres no son dos tareas que vayan separadas, estas dos profesiones van de la mano y se alimentan la una de la otra. Debemos de incluir a nuestros hijos en el proceso y dejar de verlos como una distracción y un obstáculo para alcanzar nuestras metas. Todo lo que hemos aprendido como madres es aplicable al mundo de los negocios, y viceversa. El truco está en encontrar el balance exacto entre las demandas de la maternidad y las demandas laborales.

Otro punto vital que aprendí es que nunca debemos de olvidar que nuestro bienestar es también una prioridad, no solamente el de nuestros hijos. Muchas veces dejamos de lado nuestras necesidades al estar tan preocupadas por las necesidades de todas las personas que nos rodean. Nos olvidamos de nosotras mismas, de nuestro tiempo, nuestras metas y nuestros sueños. Es cierto que ahora un pequeño humano depende enteramente de nosotros, pero no por eso debemos descuidarnos.

Durante este proceso, el tiempo fue mi mayor aliado y también mi peor enemigo. Tuve que aprender a planear todo con anticipación, estableciendo intervalos de tiempo claros para dedicar a mi negocio y tiempos para dedicar a mi Tomás. Definitivamente lo más difícil fue aprender a respetar esos tiempos.

Aprendí que mis mayores cómplices son otras madres. Encontré a mujeres que estaban pasando por procesos similares al mío, y rápidamente se convirtieron en mi más grande fuente de inspiración y de apoyo. Conocer y conversar con personas que me compartían sus ideas nuevas y sus vivencias, y que al mismo tiempo se interesaban en escuchar las mías, es lo que me ayudó a seguir adelante.

Batman vs. SuperMamá

Batman vs. SuperMamá

Después de mucho tiempo finalmente fui capaz de dejar ir el ideal de la mamá perfecta. Entendí que hay días en los que me siento abrumada o en los que simplemente me falta inspiración o energía. Lo importante es aceptar estos días y no tratar de pelear contra ellos. Comprendí que estos días son parte indispensable del proceso, es normal.

Definitivamente me he dado cuenta de que muchas personas creen que ser madre es cualquier cosa, al final del día es una profesión que millones de mujeres alrededor del mundo han logrado desempeñar con éxito. Sin embargo, hay mucho más de lo que una persona externa alcanza a ver a simple vista. Ser una madre soltera le dio un giro de 180 grados a mí vida; me obligó a perfeccionar y utilizar todas las capacidades que tengo, capacidades de las cuales antes no me había percatado o que simplemente no había tenido que utilizar. Sin lugar a dudas, puedo afirmar que es el trabajo más difícil y más gratificante que he tenido que desempeñar hasta ahora.

¿Batman vs. SuperMamá? Hagan sus apuestas. Yo pongo todo mi dinero en las heroínas de verdad.

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