Para la mayoría de nosotros, la mayor amenaza que nos frena a la hora de escribir, no es otra cosa que nuestra propia mente. Efectivamente, para nosotros a mente es un obstáculo en muchos aspectos que queramos llevar a cabo, enfrentarse ante el trabajo que quieres transmitir es un reto importante y a veces sólo pensarlo nos frena y lo dejamos de hacer.

Los sueños nunca fueron fáciles de llevarlos a la realidad, pero tampoco imposible de conseguir de hecho, nuestros sueños en muchos casos no llevan tanto esfuerzo como pensamos, pero tendemos a crearnos una montaña en nuestra mente y trampas en el camino para finalmente alcanzar al pico de ella.

Casualmente, nuestra mente es a la que realmente debemos de convencer de que nuestros escritos valen oro. Tal vez, crecemos desarrollando un sentido protector ante el peligro, y con el tiempo prácticamente cualquier evento que queramos llevar a la práctica se convierte en posible motivo de amenaza, este acontecimiento ocurre sin nosotros quererlo, es algo automático, aunque reparable.

Aún, así y aunque nos cueste creerlo nuestra mente adulta es fácil de ser manipulada como la de los niños que se dice que son cómo “esponjas”, o cómo un software que cada X se actualiza. Nuestra mente actúa exactamente de la misma manera, nos podemos actualizar constantemente y cambiar de chip hacia otras miras, acercarnos a nuestros sueños y llevarlos a la realidad. ¿Es tu sueño escribir?

Como todo, escribir lleva su proceso… y es hora de lo que descubras:

  1. Libera tu mente

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Tú decides y no tu mente, lo que significa que, si tu mente intenta sabotearte, frenarte y limitarte en tu camino de convertir tu verdadero sueño en realidad, “escribir,” ignóralo. Tú eres el protagonista, eres popular y fortuito. Si tienes el poder de escribir porque lo deseas, este poder puede más que tu propia mente. ¡Tú eres el jefe, escribe! Piensa en escribir y sólo en escribir. A más lo pienses, tu mente más dejará de limitarte. No te pares a pensar cuándo lo harás y cómo lo harás, solo hazlo, escribe.

 

  1. Despista a tu mente

Imagina que estás preocupado porque tienes que pagar facturas, y con el fin de poderlas pagar tienes que escribir un artículo. El problema es que la preocupación que tienes por pagar las facturas es tan grande que te bloquea y te impide escribir el artículo. Al final la situación se ha convertido en un círculo vicioso.mente-52

 

Pues bien, por qué no jugar con nuestra mente, en vez de dejar que ella nos tome el pelo, lo mejor para ello es prometerle a la mente que una vez hagamos un breve resumen y pongamos un titulo a nuestro artículo volveremos a preocuparnos por pagar esas pesadas facturas. Lo que no pensaste fue que una vez empezaras a escribir un resumen, te meterías tan de lleno en él que antes de darte cuenta ya tendrías tu artículo completado, y te habrías olvidado de la promesa que le hiciste a tu mente.

 

  1. Reduce las expectativas de tu mente

Si crees que tu escritura tiene que complacer a millones de personas mañana mismo, empieza a considerar que puede que tus expectativas sean demasiada elevadas. A la mente no le gustan las apuestas, de hecho está constantemente buscando la ruta segura y protegida para salir de situaciones complicadas, y si por tanto ve intenciones de grandes apuestas, entonces te la desbordará tratando de crear frustración haciéndote creer que para cumplir esta tarea será algo monumental y muy pesado de hacer.

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Por lo que, si planteas expectativas más pequeña, nuestra mente no las toma tan en cuenta. La mente sabe que no hay tanto riesgo cuando se trata de expectativas más pequeñas por lo que si saliese mal no sería tan drástico y lo bien que le sabe si sale bien. Así que cuando escribas, no esperes grandes cosas, ni pienses a lo grande, es mucho mejor, le quitas un peso a la mente y hace que escribir se lleve a cabo con más ganas y se convierte en algo fácil.

 

  1. Vuelva a calibrar tu mente

Digamos que eres blogger y te gustaría aumentar tu número de visitas y likes del blog. Tu mente hace una evaluación de este objetivo y comienza a decirle que por cada articulo, se debe tener un retorno de más o menos 50 visitas o likes para que sea digno.

Si no recibes ese retorno de 50 visitas por cada entrada en el blog que escribes, entonces tu mente se compromete a hacer que sea difícil conseguirlo, porque ve que no es en su beneficio directo para seguir escribiendo esa cantidad de entradas de blog.

mente-54Para tu mente, escribir un post sólo vale la pena si te dan 50 likes o visitas por cada lector. De lo contrario, la mente ve el esfuerzo por ser demasiado arriesgado, o pérdida de tiempo. Por lo tanto, digamos que si escribes cinco artículos, y los primeros cuatro consigues un total de 0 visitas o likes, aquí es donde tu mente comienza a decirte que renuncies porque está claro que no has triunfado.

Sin embargo, también podrías ignorar a tu mente y no rendirte. Si consigues no rendirte, te darás cuenta que finalmente el quinto escrito que publicas finalmente consigue un total de 50 likes y un montón de visitas. Resulta que tu mente estaba mal desde el principio y no tenia ni idea.

Básicamente, la recompensa de tu inversión inicial no aparece hasta mucho más tarde. Esto es algo que al parecer a nuestra mente le cuesta comprender, y es TU trabajo ayudarla a que lo entienda.

Ten paciencia y no dejes de escribir porque tarde o temprano lo resultados darán sus frutos.

 

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