Hoy nos despertamos con un corazón vacío. Este año, el mundo ha sufrido más de 300 ataques terroristas en 52 países y con una cifra impresionante de víctimas. El atentado en Las Ramblas de Barcelona ha sido el último ataque en sumarse a esta amarga lista. Una furgoneta a alta velocidad por el medio de la popular rambla ha dejado por el momento un balance de 13 personas muertas y 100 heridos.

El rechazo que hay frente a estos ataques terroristas, es evidente. Los ciudadanos de Barcelona han unido sus corazones en solidaridad con los afectados y sus familias demostrando que la violencia no amedrentará a la ciudad mediterránea.

 

A pocos minutos del ataque terrorista salió a relucir el gran apoyo y la bondad de los barceloneses en actos como estos:

  • El hashtag #BedInBarcelona abrió las puertas de las casas de los ciudadanos ofreciendo una cama para quienes necesitaran un alojamiento por la noche. Del mismo modo, hoteles y zonas turísticas han ofrecido sus servicios gratuitos.
  • Al ver que el transporte era limitado, algunas estaciones de metro y tren cerradas, los taxistas de la ciudad ofrecieron servicios gratuitos para los que necesitaran llegar a sus casas o trasladarse a otros lugares de la ciudad. Cabify también se unió a la causa ofreciendo sus carros al servicio de los ciudadanos.
  • Transports Metropolitans informó que no pedirían billete en el metro y bus.
  • A pesar de que en los hospitales hay bancos de sangre, los ciudadanos han querido acercarse a las salas de emergencia para ayudar a los afectados, proporcionando reservas suficientes.
  • El safety check de Facebook, que funciona para avisar a familiares y amigos que la persona está a salvo, también cuenta con la opción para contactar a personas que necesiten ayuda con personas que ofrezcan ayuda.
  • Las personas que se quedaron encerradas en las tiendas por orden policial también se solidarizaron son sus clientes, por ejemplo, es el caso de Fnac del Triangle que, al tener muchos clientes nerviosos, trataron de calmarlos ofreciéndoles agua y cargadores para los móviles.

Esto nos enseña que el mundo necesita amor: dar y recibir amor. Que en momentos con situaciones como estas estamos todos unidos sin importar nada más. Barcelona nos ha enseñado a ser fuertes y solidarios.

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