Si alguna vez te toca la lotería y no sabes en qué gastarlo o simplemente te hiciste millonario a base de trabajar como el que más y te apetece darte un capricho, aquí te traigo una idea: ¿qué tal si pruebas el postre más caro del mundo?

Para darte el gusto tendrás que viajar hasta Nueva Orleans, al exclusivo restaurante Arnaud, que es quien ofrece este suculento postre que hace las delicias de los paladares más exigentes y de los dueños de los bolsillos que pueden pagar US$4 millones, que es lo que cuesta.

Seguro os estaréis preguntando en qué consiste, ¿verdad? ¿qué ingredientes puede llevar el postre más caro del mundo? Pues consiste en unas fresas frescas y naturales bañadas en salsa de vino porto, nata montada, helado de vainilla, menta y una botella de licor de $US25,000.

Ya sé, no os salen las cuentas, pero es que aún no os lo he contado todo, el delicioso postre tiene una gran sorpresa que hace escalar su precio hasta los 4 millones: en mitad del plato se encuentra escondido un anillo con un diamante que perteneció a Sir Ernest Cassel y que cuesta casi US$2 millones.

Si quieres dejar a tu novia temblando o quieres pedirle matrimonio, esta es una ocasión especial y única con la que dudamos diga que no.

Con lo cual, si tienes un bolsillo holgado, pero no tanto, te ofrecemos una segunda opción para impresionar a un ser querido con el segundo postre más caro del mundo. Su precio: US$25,000.

“Fresas Arnaud”, el postre más caro del mundo

“Fresas Arnaud”, el postre más caro del mundo

El dulce en cuestión es el Frozen Haute Chocolate, un postre a base de cacao de 28 clases diferentes que está adornado con 5 gramos de oro comestible de 23 quilates.

Como no podía ser de otra forma, la manera en que viene presentado es una copa llena de hojas de oro de 18 quilates y un brazalete de diamantes.

Además, viene servido en la mesa con una cuchara de oro macizo con incrustaciones de diamantes negros, blancos y color chocolate.

¿Ya se te ha hecho la boca agua? ¿cuál de los dos postres te gustaría probar?

Dicen que después de una comida, siempre hay que dejar sitio para el postre, y después de haberte mostrado los dos más caros del mundo, la elección está difícil, así que más que de cuánto espacio quede en el estómago, la elección será cuánto dinero nos queda en el bolsillo.

Sigue leyendo a Zoyla Wera

No Hay Más Artículos