En un anterior artículo, HIJOS O MASCOTAS, decía que estamos tratando como hijos a nuestras mascotas y que estos animales nunca serian humanos pero estos cada vez se definen como animales. En Colombia y posiblemente en otros lugares, hay una gran cantidad de todo tipo con los que identifican o califican al humano.

El perro, mascota por excelencia, es el fiel, tierno y abnegado amigo. PERRO, aplicado al hombre, en un sinvergüenza consumado, infiel y poco confiable. PERRA, ni se diga, calificativo nada agradable para una chica, coqueta y dadivosa, casi prostituta. Se llega hasta la expresión: hijo de perra.

Sigamos con los felinos tan mininos: GATA, calificativo para la chica audaz y coqueta poco fiel y frentera, dispuesta a no ceder a su hombre. Zorra le compite con igual soltura y es más peligrosa.

Se ve a las claras el machismo imperante en estas manifestaciones. Vemos como los reptiles no se escapan:

CULEBRA: injusto calificativo, pues quien no solo saca de apuros monetarios a su amigo, sino que, al cobrarle, se convierte en culebra de la peor clase.

LAGARTO, pensábamos que era su piel la que nos hacia elegantes en chaquetas, calzado y demás, se le llama al que no se pierde un coctel, un entierro o una reunión política.

Nos encontramos con el adorable SAPO que deja de serlo cuando se convierte en soplón o delator, tal vez por su larga lengua.

La RATA de por si desagradable, mas aún cuando se aplica al fulano poco confiable y muy despreciable ser, por traidor y sapo.

El OSO, gran animalote de la selva, osito de peluche para la compañía de las niñas, toma otra definición cuando alguien hace el ridículo o tiene un accidente gracioso: hacer el oso.

El TIGRE, bello e imponente felino, se denomina al fulano que muestra gran habilidad en una actividad intelectual o amorosa: es un tigre en la cama.

Sucede también con las ABEJAS que se denomina así, más por la audacia y avivatada, a un individuo, que por su laboriosidad. En este sentido se califica mas como HORMIGA, a quien labora incansablemente.

El TORO, famoso por las corridas, compite con el tigre en actividades de cama: Es como un toro.

El BURRO, animal tradicionalmente de trabajo pesado, se aplica muchas veces al trabajador abusado: trabaja como un burro.

El CERDO, simpático animalito rico por su carne y su piel para chicharrón, se desfigura cuando califican de cerdo a un personaje nada agradable, sucio, y maleducado.

La CABRA, tal vez por su alocada actividad se califica al loco en el actuar: loco como una cabra. El GALLO deja de cantar cuando se aplica a un hábil trabajador de alguna actividad: le tengo el gallo para ese trabajo.

Cerremos este ejercicio con el ELEFANTE, mastodonte, grande y de valiosos colmillos, que se aplica a obras y construcciones faraónicas que nunca terminaron de hacer y son: Un elefante blanco.

Y el LOBO, noble animal antepasado del perro, conocido como el protagonista con la caperucita de un cuento, se aplica al nuevo rico, al personaje socialmente incorrecto, siempre en el lugar equivocado, extravagante en el vestir y de pésimo gusto no apto como pareja de nuestras niñas de sociedad.

Se nos queda una gran cantidad de animales, algunos acuáticos como la Sardina, jovencita graciosa, o el BAGRE, no tan graciosa, recuerdo la pregunta de un mesero a un comensal en un restaurante de pescado: ¿Vino con el bagre?, no señor ella solo para los domingos .

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