Inspiración de himnos.

Canciones antiguas son los versos,

las novelas.

 

No hay nada nuevo,

sólo la forma de decirlo,

desde nuestra piedra sagrada,

hundida en los matorrales y el fuego.

 

Navegantes ebrios de la vida,

líneas de la noche nos arrastran al paraje desconocido,

a la llanura rota,

al mar en truenos abismales,

sangre en las alas de los insectos.

Volcanes arrastran las noches del viento fatuo.

Luna sanguinolenta,

dedos electrizados por avispas infernales.

Textos voraces abren las fauces de la tierra amarga y dulce,

la calma es una voluta en la tormenta,

un río atraviesa la conciencia,

el agua brinca en la historia.

 

Mis manos son la miseria,

la magia del mistral,

la locura desbocada en una tarde de silencios.

 

Escribe, Ru, escribe, dale a la máquina, aporréala.

Golpes profundos y suaves,

es la llave del cerebro y su espíritu incansable.

 

La luz enredando el viento,

un nuevo final.

Una caricia rota en el abismo de los ojos.

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