reflexiones

Los tres ochos

Ocho horas para dormir, ocho horas para trabajar y ocho horas para el ocio. Así lo expuso Samuel Parnell. Lindo. Me gusta. ¿A quién no? Vivir así permite descansar, cumplir eficazmente con el trabajo y atender una casa, a los hijos, a los padres, a los amigos, a la pareja y hasta a uno mismo (a veces se diría que para llegar a eso, el día debería tener 25 horas). He realizado una pequeña y particular encuesta, circunscrita a personas de mi vecindario de entre 30 y 50 años, que no soy el CIS ni tengo sus medios.... Seguir Leyendo...

La teoría del YAQUE

Cuando estamos en casa ocupándonos de las reparaciones locativas siempre aparece: Yaque tumbamos el comedor pues ampliemos la sala, yaque arreglamos el baño hagámosle un jacuzzi, yaque viajamos a Madrid pues vamos a Italia, la manera de usar la palabra.... Seguir Leyendo...

Mi Oscuridad

A veces deseo mi “Oscuridad”, así, con mayúsculas, porque merece tener su nombre, porque es así como la llamo. Me reconforta, anhelo sentarme en una de sus miles de esquinas y sentir como me cubre, como sus garras me abrazan y me envuelven hasta que el calor abrasador que nace en mis pulmones se extiende por el resto del cuerpo y afloja la presión lo suficiente para que pueda entrar algo de aire.... Seguir Leyendo...