Luz que sobre las sombras pasas

Deshilachando mantos de oscuridad

Filtrándote por puertas entreabiertas

Para sembrar con alegría tu claridad

Dadme deprisa el soporte necesario

Para forjar un pensamiento reflexivo

Y poned a la naturaleza por testigo

Como constancia en todo el calendario.

Si obligado debo dejar a un costado

Mi compromiso contigo y mi conciencia

Enfrentaría penas, pagaría penitencias

Hasta llegar a gritar como un desaforado

Pero busco siempre estar allí, a tu lado

Cuando te impones penetrando tinieblas

-Vieja lucha entre los pares antagónicos-

Que por centurias se lleva en el planeta.

Dadme un pensamiento protagónico

O uno que se manifieste firme y claro

Que envuelva ondeando en llamaradas

La antorcha que llevo en mi mano

Sostenida con entereza solidaria

Para alumbrar mis veredas apagadas

Cuando transito las rutas señaladas

Por guijarros, migas y briznas literarias.

¡Oh, luz que me brindas tu resplandor!

De matices diáfanos y fondo oscurecido

Ilumina todo aquello donde el valor

Fortalezca con entusiasmo los sentidos

Guiadme hasta las fronteras más lejanas

Remontando promontorios y colinas

Sendas que muestran huellas olvidadas

Perturbadoras de evidencias ya perdidas.

Traza pues, tus líneas rectas extendidas

En el vacío, donde se vean en lontananza

Haz, onda, quantum de energía repetitiva

Que supera holgadamente las distancias.

Luz, me desplazo contigo en esta hora

La hora donde se alimenta la esperanza

Hora menguada ante las circunstancias

Que nos arropan las ideas renovadoras.

Sigue leyendo a Victor Celestino Rodríguez 

 

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