Terminó el verano y llegó el otoño. El mes de octubre es un mes de cambio en la naturaleza, pero también de concientización, de esperanza y de salvar vidas porque es el mes de “sensibilización del cáncer de Mama”.

No me cansaré nunca de repetir la palabra prevención, prevención y prevención, la clava para salvar la vida, una palabra que a veces olvidamos y recordamos cuando ya es demasiado tarde. Demasiados testimonios de familiares, amigos, vecinos, conocidos que pasaron por ello, es tiempo de cambio, de ponerse las pilas y de enfrentarse a la enfermedad.

Una de las iniciativas del mes es llevar un lazo rosa, símbolo internacional usado por personas que prometen crear conciencia sobre el cáncer de mama a la vez que mostrar apoyo moral a las mujeres con esta enfermedad.

La historia del moño rosa tiene su origen en el año 1991 cuando la Fundación Susan G. Komen los regaló a los participantes de la carrera de la ciudad de Nueva York, para los sobrevivientes del cáncer de mama.

Desde ese día, el alzo rosa o cualquier elemento en rosa durante el mes se utiliza para hacer alusión a la concienciación.

Otra de las iniciativas del mes viene de parte de la OMS, la cual fomenta programas integrales de lucha contra el cáncer.

A día de hoy son muchos los avances que se han hecho. El índice de mortalidad ha descendido y las de detección han aumentado, con lo que cada vez se salvan más vida, pero cabe recordar que cuando no se coge a tiempo, la persona difícilmente se podrá acoger a un tratamiento.

La Secretaría de Salud (Ssa) en @SSalud_mx, advirtió: “Si observas o encuentras: bolitas y endurecimientos o hundimientos: ¡Acude al médico inmediatamente! #CáncerDeMama“.

La Ssa recordó que los factores de riesgo son: sobrepeso u obesidad, edad mayor a 40 años, antecedentes de cáncer de mama en madre, hermanas o hijas, haber presentado otra enfermedad de las mamas, no embarazarse o ser madre después de los 30 años, haber empezado a menstruar antes de los 12 años, y que el último periodo se presente después de los 52 años.

Acudir a una cita ginecológica anual es imprescindible, pero también hay otras cosas que podemos hacer para ayudar a prevenir la enfermedad.

La autoexploración en casa, una dieta equilibrada, hacer deporte, no fumar, no beber y en general llevar una vida saludable son cosas que nos pueden ayudar y mucho.

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