El pensamiento humano, incita al individuo a transitar por caminos, muchas veces incompatibles con su carácter, condición social, y/o capacidad intelectual.

Se le presentarán sin fin de eventos obligándolo inclusive, a veces, a mostrarse como desnudo frente a incógnitas de inverosímiles soluciones, preguntas en barrosas con contestaciones faltas de lógica, y quizás, inclusive, conjunción de caminos, que frente a los cuales, debe tomarse inmediata decisión, que el sujeto está impedido de afrontarla.

Cabe recordar aquí, una de las tantas apreciaciones famosas de J.P.Sartre: *Es imposible pretender que un hombre tenga algo, que él no es posible que lo tenga*

El individuo no posee poderes que le otorguen posibilidades suficientes como para poder definir, dominar, ni siquiera eliminar el continuo –torbellino- de su pensamiento.

Fue analizada por expertos en la materia, se llevaron a cabo infinidad de experimentos corroborando todos los resultados. La mente humana, esa masa gris, marcada con decenas de surcos con protuberancias, cayados y profundidades, intercomunicada por una maraña de elementos que conforman una densa red que permite el traspaso de substancias de compleja composición, y actuar bajo órdenes emitidas por sí misma.

Nosotros tratamos, con resultados no siempre positivos, de comprender su sistema de actuación, tratar de dominarla, obteniendo consecuencias no siempre favorables.

 

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